miércoles, 23 de septiembre de 2020

Dibujo de los retratos de Balmis y Zenda, de Palmeral utilizados en un reportaje de Ronald Evans. Vacuna de la viruela. Wall Street International

 

 




Los héroes

El Dr. Francisco Xavier Balmis Berenguer nació en Alicante el 2 de diciembre de 1753, siendo hijo y nieto de cirujanos barberos, por lo que nada de raro tuvo que siguiera la profesión de sus antepasados, pero con una particularidad muy suya. Estaba dispuesto a subir unos escalones más y como mínimo sería médico con todas las calificaciones del caso. Antes de encargarse de la Expedición Filantrópica, pasó por varias pruebas que templaron su carácter y lo prepararon para futuras empresas. Luchó contra los piratas berberiscos en Argel, estudió para presentar las pruebas de cirujano, ingresó a la sanidad militar y poco tiempo después, ascendió a cirujano del Ejército.

Estando con el regimiento de Zamora, embarcó para América, en donde accedió a ser médico cirujano, al fallecer casi todos sus colegas debido a una epidemia desatadas entre las filas castrenses. Balmis estuvo en Cuba, de donde pasó a México, prestando servicios en Veracruz, Xalapa y la ciudad capital. En ese país, dedica tiempo para estudiar la flora y remedios indígenas.

Tiempo después escribe un libro sobre los efectos curativos del ágave y de la begonia, polemizando con ciertos facultativos en España acerca de su eficacia. Pero hasta el Vaticano le reconoce sus descubrimientos. Poco tiempo después del descubrimiento de Jenner, traduce un libro sobre la viruela del francés Jacques Louis Moreau de la Sarthe, con un largo prólogo escrito por el mismo Balmis (Prodavinci). Es entonces cuando, ya rodeado de una sólida fama, conocedor a fondo de América, se atreve a sugerirle a Carlos IV el financiamiento de la Expedición Filantrópica de la Vacuna.

El resto de las personas que lo acompañarían fue escogido por él directamente. Director: Francisco Xavier Balmis y Berenguer. Subdirector: José Salvany y Lleopart. Ayudantes: Manuel Julián Grajales Antonio Gutiérrez Robredo. Practicantes: Francisco Pastor y Balmis Rafael Lozano Pérez. Enfermeros: Basilio Bolaños Antonio Pastor Pedro Ortega. Rectora de la Casa de Expósitos de Coruña: Isabel Sendales (Zendal). Y los más importantes: 22 niños que llevarían la vacuna contra la viruela, pasándosela de dos en dos hasta llegar a tierra y tener un relevo. Se trataba de niños expósitos, que habían sido abandonados por sus madres en casas que había para ese fin, en A Coruña, Madrid y Santiago. Todos con un futuro desolador cuando al crecer tenían que salir a ganarse la vida en la calle o en el Ejército. Pero ellos eran la vacuna. De hecho, constituían «el único eslabón de la cadena insustituible… Y sin vacuna no había Expedición, ni Real ni Filantropía» (Antonio López Mariño).

 Revista Wall Street Intenational Magazin, seccion de cutural por

Médico Cirujano (UNAM, UCV, UCR), MsC en salud pública UCV, cursos de epidemiología en U de Londres, UNAM, investigador y divulgador científico. Profesor universitario de la Universidad Hispanoamericana (Costa Rica)

Leer todo el arrticulo:  https://wsimag.com/es/cultura/62974-una-expedicion-filantropica-inmortal