rencia / 27 de septiembre de 2017
A partir de los últimos años del siglo XIX, la obra de Ignacio
Zuloaga se hace muy conocida en Rusia a través de sus amistades
parisinas, gracias a la crítica artística publicada en las revistas de
arte rusas de mayor prestigio y como consecuencia de las adquisiciones
de sus obras por los coleccionistas rusos más famosos de aquella época:
Ivan Shchukin, Serguey Shchukin, Ivan Morozov, Mikhail Riabushinskiy y
Nikolay Riabushinskiy. Las tres famosas colecciones de arte de Moscú de
Shchukin, Morozov y Riabushinskiy se completaron con obras de Zuloaga.
Debido a las impresiones de los cuadros de Zuloaga expuestos en
París, Berlín, Dresde, Múnich o Dusseldorf a principios del siglo XX y
posteriormente en Rusia (1914), el artista fue considerado por los
críticos de arte rusos como el más importante representante de las
tradiciones propiamente españolas en el arte contemporáneo. Se destacaba
su alta maestría y su peculiar lenguaje pictórico, reflejo, al mismo
tiempo, de la perfecta comprensión de la tradición española del Siglo de
Oro, bien conocida y apreciada en el mundo artístico ruso.
Uno de los mejores amigos de Zuloaga de su primera etapa en París fue Ivan Shchukin (1869-1908), de la famosa familia moscovita de coleccionistas de arte, que se asentó en la capital francesa a partir del año 1893. Su residencia parisina en la calle Wagram, número 91, fue un foco cultural importante en la vida intelectual y un lugar de encuentro de los artistas parisinos con el mundo cultural y empresarial ruso. Aquí se encontraba una enorme biblioteca y su colección de pintura, que incluía lienzos de L.-E. Boudin, N.-V. Díaz de la Peña, E. Carriere, E. Degas, E. Manet, C. Monet, P. Puvis de Chavannes, A. Renoir, alguna obra de A. Rodin. Por aquí pasaron Rodin, Degas, Renoir, Redon, Huysmans, Durand-Ruel... Este último fue presentado a su hermano mayor Serguey Shchukin, quien gracias a Ivan comenzó a formar su célebre colección de impresionistas.
La amistad de Ivan Shchukin con Zuloaga influyó decisivamente en sus gustos de coleccionista. Empezó a vender a los franceses contemporáneos de su colección y se inclinó por la pintura española del Siglo de Oro: El Greco, Diego Velázquez, José de Ribera, Francisco Zurbarán, Bartolomé Esteban Murillo y Francisco de Goya. Disponía de varios cuadros de Zuloaga, por ejemplo, El palco en los toros, actualmente en el Museo de Bellas Artes Pushkin de Moscú.
En junio de 1905 Zuloaga, Rodin e Ivan Shchukin emprendieron su viaje desde París a España. Estuvieron unos días en Madrid. Desde allí escaparon a Toledo para ver las obras de El Greco, y al Escorial. Los últimos días los pasaron en Sevilla y Córdoba, objetivo del viaje. En Córdoba, Zuloaga adquirió la Visión del Apocalipsis de El Greco.
Hasta los últimos años de su vida Ivan Shchukin fue el gran promotor de la cultura rusa en Francia y de la cultura europea en el mundo artístico ruso. El papel de Ivan Shchukin en la biografía de Zuloaga podría ser mucho más importante de lo que se ha venido considerando hasta ahora.
Entre las personalidades que estuvieron a principios de siglo XX en París, destacaron Aleksandr Benois (1870-1960) y Serguey Diaghilev (1872-1929). Su revista Mundo del Arte (Mir Iskusstva, 1899-1904) fue la más importante entre las revistas de arte rusas de principios del siglo XX. En sus páginas fueron publicadas noticias sobre las exposiciones de París, Dresde, Múnich y Dusseldorf. Tanto Benois como Diaghilev destacaron la obra de Zuloaga, y las reproducciones de sus lienzos ocuparon un lugar importante en la revista.
Mi tío y mis primas, El paseo después de la corrida y el Retrato de la actriz Consuelo atrajeron la atención de los críticos de arte rusos. La primera publicación en la revista del año 1901 incluía once lienzos de Zuloaga, con algunos muy afamados posteriormente. En 1903 se reprodujeron Antes de la corrida y Gitana y andaluza. Inmediatamente después el gran coleccionista ruso Ivan Morozov adquirió uno de estos cuadros, Antes de la corrida (Preparativos para la corrida), actualmente en el Museo Estatal del Hermitage.
La etapa siguiente en la difusión de la obra de Zuloaga en Rusia tuvo lugar con el artículo publicado en la revista Apollo (editada entre 1909 y 1917), dirigida por Konstantin Makovsky, propiedad de Serguey Auslender (1886-1937), un talentoso escritor, dramaturgo y crítico de arte, que pudo ver la considerable colección de obras de Zuloaga expuestas en la Sezession de Múnich.
En 1914 la prestigiosa galería Lemercier de Moscú expuso dieciocho lienzos de Zuloaga, incluyendo algunos muy emblemáticos: Mujeres de Sepúlveda, Toreros de pueblo, Castilla la Vieja, Celestina, El enano Gregorio el Botero... Entre los retratos: Retrato de la señora Breval, Peregrino, Retrato del violinista Larrapidi, La hilandera, Autorretrato y otros. La misma galería editó un catálogo de la exposición. En la prensa rusa salieron noticias sobre la exposición de Zuloaga: la revista Niva de San Petersburgo publicó una selección de siete obras del artista.
El cuadro El enano Gregorio el Botero pasó a la colección de Mikhail Riabushinsky, y el Autorretrato a la colección de su hermano Nikolay, quien tuvo una estrecha con Zuloaga y fue retratado por el artista en 1918. Tuvo un papel destacado en la vida cultural y artística de Moscú a principios del siglo XX. Fue fundador, propietario y editor de la revista Zolotoye Runo (Toisón de Oro), impulsor y mecenas de la famosísima exposición titulada Rosa azul en 1907, organizó en tres años seguidos los salones de arte de Toisón de Oro, donde estuvieron presentes lienzos de G. Braque, V. van Gogh, A. Derain, K. van Dongen, A. Marquet, H. Matisse, P. Signac, G. Rouault, F. Vallotton y muchos otros. En Francia conoció a Zuloaga y fue su gran amigo. A partir de 1914 estableció su salón artístico en los Campos Elíseos, y desde su instalación definitiva en Francia en 1922 abrió tiendas de anticuariado en París, Biarritz y posteriormente en Montecarlo.
Las amistades rusas alcanzaron cierta importancia en la biografía de Zuloaga. Las familias de los coleccionistas Shchukin, Morozov y Riabushinskiy adquirieron obras del artista, que ahora pertenecen a los museos estatales de Moscú y San Petersburgo. Entre los admiradores de Zuloaga pueden mencionarse algunas de las personas más relevantes del mundo artístico ruso: A. Benois, S. Diaghilev, I. Grabar y otros. Las revistas rusas de mayor importancia, como Mundo del Arte o Apollo publicaron noticias sobre Zuloaga. Mayor importancia tuvieron las amistades rusas del artista en París, sobre todo Ivan Shchukin y posteriormente Nikolay Riabushinskiy.
Uno de los mejores amigos de Zuloaga de su primera etapa en París fue Ivan Shchukin (1869-1908), de la famosa familia moscovita de coleccionistas de arte, que se asentó en la capital francesa a partir del año 1893. Su residencia parisina en la calle Wagram, número 91, fue un foco cultural importante en la vida intelectual y un lugar de encuentro de los artistas parisinos con el mundo cultural y empresarial ruso. Aquí se encontraba una enorme biblioteca y su colección de pintura, que incluía lienzos de L.-E. Boudin, N.-V. Díaz de la Peña, E. Carriere, E. Degas, E. Manet, C. Monet, P. Puvis de Chavannes, A. Renoir, alguna obra de A. Rodin. Por aquí pasaron Rodin, Degas, Renoir, Redon, Huysmans, Durand-Ruel... Este último fue presentado a su hermano mayor Serguey Shchukin, quien gracias a Ivan comenzó a formar su célebre colección de impresionistas.
La amistad de Ivan Shchukin con Zuloaga influyó decisivamente en sus gustos de coleccionista. Empezó a vender a los franceses contemporáneos de su colección y se inclinó por la pintura española del Siglo de Oro: El Greco, Diego Velázquez, José de Ribera, Francisco Zurbarán, Bartolomé Esteban Murillo y Francisco de Goya. Disponía de varios cuadros de Zuloaga, por ejemplo, El palco en los toros, actualmente en el Museo de Bellas Artes Pushkin de Moscú.
En junio de 1905 Zuloaga, Rodin e Ivan Shchukin emprendieron su viaje desde París a España. Estuvieron unos días en Madrid. Desde allí escaparon a Toledo para ver las obras de El Greco, y al Escorial. Los últimos días los pasaron en Sevilla y Córdoba, objetivo del viaje. En Córdoba, Zuloaga adquirió la Visión del Apocalipsis de El Greco.
Hasta los últimos años de su vida Ivan Shchukin fue el gran promotor de la cultura rusa en Francia y de la cultura europea en el mundo artístico ruso. El papel de Ivan Shchukin en la biografía de Zuloaga podría ser mucho más importante de lo que se ha venido considerando hasta ahora.
Entre las personalidades que estuvieron a principios de siglo XX en París, destacaron Aleksandr Benois (1870-1960) y Serguey Diaghilev (1872-1929). Su revista Mundo del Arte (Mir Iskusstva, 1899-1904) fue la más importante entre las revistas de arte rusas de principios del siglo XX. En sus páginas fueron publicadas noticias sobre las exposiciones de París, Dresde, Múnich y Dusseldorf. Tanto Benois como Diaghilev destacaron la obra de Zuloaga, y las reproducciones de sus lienzos ocuparon un lugar importante en la revista.
Mi tío y mis primas, El paseo después de la corrida y el Retrato de la actriz Consuelo atrajeron la atención de los críticos de arte rusos. La primera publicación en la revista del año 1901 incluía once lienzos de Zuloaga, con algunos muy afamados posteriormente. En 1903 se reprodujeron Antes de la corrida y Gitana y andaluza. Inmediatamente después el gran coleccionista ruso Ivan Morozov adquirió uno de estos cuadros, Antes de la corrida (Preparativos para la corrida), actualmente en el Museo Estatal del Hermitage.
La etapa siguiente en la difusión de la obra de Zuloaga en Rusia tuvo lugar con el artículo publicado en la revista Apollo (editada entre 1909 y 1917), dirigida por Konstantin Makovsky, propiedad de Serguey Auslender (1886-1937), un talentoso escritor, dramaturgo y crítico de arte, que pudo ver la considerable colección de obras de Zuloaga expuestas en la Sezession de Múnich.
En 1914 la prestigiosa galería Lemercier de Moscú expuso dieciocho lienzos de Zuloaga, incluyendo algunos muy emblemáticos: Mujeres de Sepúlveda, Toreros de pueblo, Castilla la Vieja, Celestina, El enano Gregorio el Botero... Entre los retratos: Retrato de la señora Breval, Peregrino, Retrato del violinista Larrapidi, La hilandera, Autorretrato y otros. La misma galería editó un catálogo de la exposición. En la prensa rusa salieron noticias sobre la exposición de Zuloaga: la revista Niva de San Petersburgo publicó una selección de siete obras del artista.
El cuadro El enano Gregorio el Botero pasó a la colección de Mikhail Riabushinsky, y el Autorretrato a la colección de su hermano Nikolay, quien tuvo una estrecha con Zuloaga y fue retratado por el artista en 1918. Tuvo un papel destacado en la vida cultural y artística de Moscú a principios del siglo XX. Fue fundador, propietario y editor de la revista Zolotoye Runo (Toisón de Oro), impulsor y mecenas de la famosísima exposición titulada Rosa azul en 1907, organizó en tres años seguidos los salones de arte de Toisón de Oro, donde estuvieron presentes lienzos de G. Braque, V. van Gogh, A. Derain, K. van Dongen, A. Marquet, H. Matisse, P. Signac, G. Rouault, F. Vallotton y muchos otros. En Francia conoció a Zuloaga y fue su gran amigo. A partir de 1914 estableció su salón artístico en los Campos Elíseos, y desde su instalación definitiva en Francia en 1922 abrió tiendas de anticuariado en París, Biarritz y posteriormente en Montecarlo.
Las amistades rusas alcanzaron cierta importancia en la biografía de Zuloaga. Las familias de los coleccionistas Shchukin, Morozov y Riabushinskiy adquirieron obras del artista, que ahora pertenecen a los museos estatales de Moscú y San Petersburgo. Entre los admiradores de Zuloaga pueden mencionarse algunas de las personas más relevantes del mundo artístico ruso: A. Benois, S. Diaghilev, I. Grabar y otros. Las revistas rusas de mayor importancia, como Mundo del Arte o Apollo publicaron noticias sobre Zuloaga. Mayor importancia tuvieron las amistades rusas del artista en París, sobre todo Ivan Shchukin y posteriormente Nikolay Riabushinskiy.