Años y leguas, de gabriel Miró.
Los bravos roders.
El asesinato de viejo partor Linasa, por el roder Destralet de Evo, porque se iba a cajar con una mujer más joven y entera.
"Todas las tardes viene
al pueblo Llinasa, un viejo pastor. El rebujal es suyo, y en aquellos
años bien valdría nueve mil reales. Es viudo, con tres hijos carboneros.
Siempre se para el viejo en la fuente para ver a la hija del menescal lavar y llenar los
cántaros, una moza morena que se le estremecen las carnes rotundas cuando
vuelve ella la faz mojada y colorada y mira galopa halconeando al viejo. Cuando
se marcha la mujer, baja el pastor y bebe donde ella sumergió los brazos de
color de cebada. Pronto dicen por el pueblo que se casarán. Entonces los hijos,
los tres carboneros, buscan al Destralet y le piden: -«Pregúntale al
abuelo si se quiere casar; y si es de verdad, dale un susto».
A mediodía el
pastor pasa con su ganado en busca de las carrascas; y arriba, en el filo de la
cumbre, se le aparece el Destralet y le llama: -«Abuelo: ¿es verdad que
se casa?»-. El pastor se queda mirándole. En el silencio y sol de la sierra, el
grito de ese hombre le da inmensidad y rabia a su gozo. Se calla para guardarse
toda la promesa de mujer joven. Las cabras se van parando, rodeándole, y
levantan los ojos blancos y la cuerna hacia el Destralet... -«¿Y es de
veras lo del casamiento? ¿Mujer nueva y entera para un abuelo?»-. Y el pastor
le dice: -«¡Y a tú qué te importa!». -«¿Pero es de verdad?». -«Pues de verdad
es; ¡y a tú qué te importa!» -Y se desgarra un tiro; tiemblan las esquilas; y
el pastor cae con los brazos abiertos en medio del ganado inmóvil..."