Cuando Gabriel Miró se desplaza a una estación, sin más, que seguidamente
nos explica que es de un ferrocarril. Esta línea era
el ferrocarril entre Alicante y Altea que se inauguró el 28 de octubre de 1914 y entre Altea y Denia, el 11 de julio de
1915, de la Compañía de los Ferrocarriles Estratégicos
y Secundarios de Alicante (E.S.A.), hoy de los Ferrocariles de la Generalitat
Valencianos (FEVE) desde 1986, y después de más de cien años continúa en
funcionamiento, debidos a la proliferación del turismo de la Costa Blanca.
Cuando describe: «Y este tren de tartanas atadas
con cadenas flojas, que cuelan y retumban como un obrador ambulante de
alderería;…» lo dice Miró en tono irónico, ya que El Trenet tenía seis años y
todos los vagones eran nuevos. Para la tracción de
los trenes se adquirieron en 1913 y 1914 diez locomotoras tipo 130 T de
la factoría alemana Hanomag. Cuatro
fueron construidas en Alemania y seis en España por La Maquinista
Terrestre y Marítima. Locomotoras de vapor 240-4054 (ex MZA 1304)
construida por Hanomag en 1914 tenía una potencia 2.050 cv. y una velocidad máxima
105 Km/h. El tren tenía asientos de varias clases, y en tercera iban tantos los
agricultores como pescadores con sus mercancías, no solo de Benidorm sino desde
toda la Marina, lo que propicio un gran desarrollo económico a la zona del
interior
El rey Alfonso XIII colocó la primera
piedra de la línea ferroviaria Alicante-Dénia del tramo Villajollosa-Denia, el
13 de febrero de 1911. Estaba acompañado por el presidente del Consejo de
Ministros, José Canalejas, el ministro de Marina, el capitán general de la
Región Militar de Valencia, así como de los diputados y senadores por la
provincia de Alicante, y el Arzobispo de Valencia oficio un Te-Deum.