ilustración a lápiz:
"Años y leguas". 6.- El señor vicario y Manihuel. Gabriel Miró. Dibujos de Palmeral
La parte simpática y quijotesca cervantina
de este relato (6.- el señor viario y Manihuel) se remata con el suceso de que el viario se monta en el macho (del mulo del mozo que había
venido a buscarlo) con su viático en las manos, escribe el narrador «¡Llevaba a
Dios en las manos!», por ello no se pudo poner el solideo en la cabeza (este es
un casquete que se ponen las jerarquías eclesiásticas como obispos, cardenales
o el Papa, pero no lo sacerdotes), por ello en el relato el solideo lo llevaba
el vicario en la faltriquera (bolsa pequeña que se ata a la cintura y se lleva
colgando bajo la falda o el delantal), y va con la cabeza destocado. Delante
del vicario montado en el mulo ya el mozo, hijo del moribundo, llevando en la
mano izquierda la campanilla, y en la otra el ronzal o cabestro del mulo, a
modo de guía.