Versión vidriera de Miguel Hernández
Cementerio de Alicante, mausoleo del poeta
Fragmento, detalles
Retrato al óleo 40x 60 titulado "El lápiz de Miguel" de Ramón Fernández "Palmeral" 2002
Fue seleccionado por el portal de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, para el portal de Miguel Hernández en 2023. Siguiente enlace: https://www.cervantesvirtual.com/portales/miguel_hernandez/homenajes_imagenes/imagen/homenaje_04/
Ha sido portal del libro "Hablan los poetas" de la Asociación Cultural de Espejo de Alicante 2022
Fue insertado en una página de Literatura castellana de la editorial Anaya para EGB.
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Biografía de Miguel Hernández
Por José Carlos Rovira (Universidad de Alicante)
Los datos de la biografía de Miguel Hernández, que vivió poco más de 31 años, aparecen en la cronología de esta página web. Quizá nos interese más ahora recordar lo que su obra tiene de autobiografía poética, en el sentido con el que Carlos Bousoño definía en 1960 el carácter inaugural de su última obra, el Cancionero y romancero de ausencias, escrito desde el último período de la guerra civil, desde fines de 1938, hasta la cárcel que el poeta sufre entre 1939 y 1942. Decía Bousoño: «Todo poema expresa la vida, pero a veces lo hace de una forma simbólica o indirecta. Miguel Hernández inaugura en este libro, y en otros suyos, una dicción en que la vida queda aludida de un modo relativamente inmediato; en numerosas ocasiones características sentimos el poema incluso como manifestación autobiográfica. En esto Miguel Hernández se adelantó a todos los poetas españoles de su tiempo, y como la estética posterior iba en gran parte a seguir, en diferentes versiones, tal derrotero, el poeta de Orihuela puede ser considerado como uno de los maestros de las venideras generaciones».
Recordaremos siempre la diferencia entre autobiografía y autorretrato literario para distinguir posibilidades de reflejo propio que Miguel Hernández realiza cuando, a lo largo de su vida y obra, crea imágenes de sí mismo, y no relatos de su vida, a través de sucesivos autorretratos que podríamos unificar como el del pastor, el amenazado por la fatalidad, el enamorado, el soldado y el derrotado, imágenes fragmentarias, diversas, como diferentes maneras de ir diciéndonos quién es: «Me llamo barro aunque Miguel me llame», dice como síntesis y autorrepresentación personal del profundo pesimismo de El rayo que no cesa.
O en otro momento afirma: Yo trato que de mí quede / una memoria de sol / y un sonido de valiente
, ya en Viento del pueblo, en el poema «Llamo a la juventud», como síntesis de su imagen en el impulso épico de la guerra.
A veces, se funden en un poema autorretrato y autobiografía, como en «Canción del esposo soldado» de Viento del pueblo: He
poblado tu vientre de amor y sementera, / he prolongado el eco de
sangre a que respondo / y espero sobre el surco como el arado espera: /
he llegado hasta el fondo
.
Hay otro procedimiento, el más frecuente en la etapa
final, que consiste en la creación de un personaje o de personajes, en
los que el autobiografismo se produce también próximo a un espacio de
autorreferencia indirecta, cuando el sujeto poético narra desde una
perspectiva distante un tiempo y un lugar en el que se introduce por
ejemplo desde la tercera persona verbal, distanciándose del yo, como en
un poema de la última etapa, la del Cancionero, titulado «Sepultura de la imaginación», que recordamos en su comienzo: Un
albañil quería... No le faltaba aliento. / Un albañil quería, piedra
tras piedra, muro / tras muro, levantar una imagen al viento /
desencadenador en el futuro
.
Continuar leyendo en el portal de Miguel Hernández de la BVMC de la Universidad de Alicante.