“UN VERANO DANDO TUMBOS DE ACÁ PARA ALLÁ”, GENIAL Y JOCOSO ARTICULO DE PALMERAL SOBRE SU YA LARGA TRAYECTORIA EN LA ASOCIACIÓN
Amigos y
compañeros de la Asociación de Artistas Alicantinos:
Acabo de
comerme un bocata suculento, es una de esas criaturas gastronómicas que
soluciona perfectamente una cena, compuesto de dos rebanadas de pan de
diferentes formas y volúmenes conocidas por viena sobre la que se acoplan los
pimientos fritos, jamón y alioli más un poco de amor; y de bebida un par de
cervezas con gorritos blancos de espumas (una rubia coronada). Es que yo con el
estómagos vacío no tengo inspiración, no se me ocurre nada, no soy como
aquellos poetas del Siglo de Oro que como Quevedo, Lope o Cervantes que podían
escribir grandes sonetos con estrambote y con el estómago vacío.
Las últimas
fotos en el blog de la Asociación de la fiesta de verano o de fin de curso, me
dieron cierta envidia, al veros a todos los amigos y amigas vestidos de blanco
como el Real Madrid, algunas con unos tipazos solo vistos en Ibiza en tiempos
de la “jet set” y otras moviendo michelines de un lado para otro como langostas
moviendo piedras. ¡Pero qué dices Palmeral!, piensa un poco, si todos los
festeros estábamos niquelados. Todos hechos unos “gentleman” y unas
sílfides, de blanco como las musas del Oráculo de Delfos en el Monte Olimpo, en
el mismo sitio donde Apolo y sus ninfas jugaban al escondite debajo de los
laureles y en las piscinas o albercas sagradas. Sí, es cierto sentí cierta
envidia al contemplaros en la danza al ritmo de sambas y rumbas; y, es
que así es la vida: atrápala y disfruta cuanto puedas, ¡ahora! Otros se movían
con la sonrisa mediana, mientras se enchufaban un pincho de tortilla o una
loncha de jamón con ese vino blanco de marca que me recuerda al corbacho de los
capataces de las galeras, de apellido Latigón.
Nuestro
querido secretario Carlos Bermejo en el blog de la Asociación, donde se deja
ver con uniforme de Teniente de Infantería, en el campamento de Rabasa
(futuro Ikea si no es que los suecos se van a otro placer), nos pide a
gritos, como si estuviera en la cocina de una compañía de árabes, que los
socios escribamos. Sí han oído bien, que le escribanos algo, como si escribir
fuera ponerse las gafas y teclear letras y más letras. Pues así ha salido
esto, como un verano dando tumbos de un lado para otro. Se ve que Carlos se
aburre allá en los paralelos de Villa Elena, y el meridiano de San Vicente del
Raspeig. No son buenas compañías las flores, sobre todo las rojas,
porque te recuerdan el chorizo de Cantimpalo y te vas derechito a la cocina —territorio
de Loli— a hacerte un bocata. Las estatuas de piedra que tienes allí son
buenas conversadoras: escuchan pero no hablan. Y es que las ranas habitantes
okupas del estanque de los bellos nenúfares, como ya te conocen, no te hacen ni
caso, y eso de que a un oficial de Infantería abanderado, la tropa de las ranas
y los grillos de los pinos no te obedezcan sí que es una terrible pesadilla. Y
al menos, los jilgueros residentes de los altos pinos que tienes por allí,
altos y gordos como secoyas, se callan para que duermas la siesta de la callada
tarde de agosto.
Bueno dicho
esto, a modo prólogo infectado y sin antibióticos a manos, os digo que a mí me
cuesta mucho escribir, porque digo muchas chorradas, algunos dicen, comentan,
que soy un gran poeta más que narrador. Yo me dijo: “Palmeral, escribir
es simplemente comunicar un pensamiento y nada más”. Sí, esta es la teoría,
pero es que algunas veces tengo unos pensamientos que no valen un pimiento.
Otras veces me tengo que hacer un lavado de cerebro con estropajo de aluminio,
porque me vienen ideas extrañas y metálicas como las de Van Gogt (nunca sé si
escribe Van Gogh o Van Goht), de córtame la oreja y dársela a algún torero para
que la ponga junto a sus trofeos de grandes tardes.
¡Y vosotros
qué miráis!, leéis o nos vamos de copas. Mejor lo segundo, pero todo llegará.
Os preguntaréis, quién es este joven apuesto que aparece en la foto de carnet
de socio que encabeza este escrito jocoso. Es mía, de Ramón Palmeral con el
número 167 grabado a fuego en el lomo del papel. Aquí estoy luciendo aquel pelo
que se fue poco a poco sin darme cuenta por el orificio oscuro del lavabo. ¡Qué
invisible duende es este que se lleva mi pelo! Ser calvo es una singo diablesco
de sabiduría, no de inteligencia, que nunca la tuve como abundante a la hora
del reparto de ella. La camisa amarilla de verano era de Emilio Tucci, un gran
amigo mío italiano, que me enseñó a hacer la lasaña con espinacas y jamón
serrano de Teruel. Yo siempre le llamaba Emilio, hasta que me aclaró que me
llamo Emidio Tucci, como el diseñador, su hermano. ¡Qué cosas Señor hemos de
aprender!
Yo tuve
varias etapas en la Asociación, la primera cuando estábamos destacados en
García Morato, que no sabemos qué hizo este hombre ni quien fue para que
los del tripartido les hayan quita el nombre de la calle por otro. En
fin, la cuestión es que empecé con mucha fuerza, tanta que me gastaba las
chaquetas por las sobaqueras de tanto ir y venir. Hice mi primera exposición
compartida con Rafael Estela, a este magnífico pastelero, sí que lo conocéis.
En aquel tiempo estaba como presidente Fernando Soria y como secretario Pepe
Larios. De Larios conseguí que la Diputación aceptara como donación mi cuadro
“El padre Belda”, un cura y arqueólogo alicantino. Recuerdo en por el año 2002,
el gran Fernando Soria me presentó mi exposición individual en el Ateneo,
el de calle Navas. ¡Qué gran tarde!, yo matador de pinceles, y todo mis
amigos allí arropándome. Soria dijo que yo pintaba como un Madrazo, figúrense
amigos: un Madrazo, nada menos. Por aquella época yo pintaba retratos de
mujeres con radiografías. Era impactante, por eso el pintor Joaquín López, que
estaba en Cultura del Ayuntamiento, me concedió esta exposición. Me dijo Soria:
“Tú pintas muy bien pero no veo a Ramón por ninguna parte”. Porque entonces
yo firmaba como Ramón F. número asociado 167
Luego acudió
a mi ego de pintor una crisis creativa y me fui por una larga
temporada al Parnaso con los poetas alicantinos. José Antonio Poblador como
presidente y Carlos Bermejo, en un tándem que todavía perdura decidieron tomaron
las riendas de la Asociación; el primero como presidente y el segundo como
secretario, ayudante de campo y organizador de exposiciones, y unos años
después y tuvieron la feliz ida de tomar asiento en la Avda. Maisonnave,
bajos, al lado de la marisquería. Contrataron a Bárbara como secretaria, y
luego vino la elegante Laura, echa una cría, no como ahora que ya es señora
de…. Yo volví al redil de la AAA con una exposición individual donde inauguré
mis seres geométricos inteligentes y algunas tomateras. Por aquello años vendí
mi famoso perro con prótesis a la inolvidable Olga. Di mis conferencias sobre
Picasso, Gastón Castelló, y otros más.
Como los
socios iban aumentando en número, calidad y prestigio, y aquella galería de
Maisonnave parecía ya un chiquero más que una galería de arte, la directiva
decidió tomar como alquiler un local, el actual de Arquitecto Morell, que es
como un oasis del arte en medio de esta estepa alicantina, donde con el
entusiasmo de su directiva, socios y la valoración positiva de la Diputación se
ha alcanzado reconocimiento. Recientemente he dado una conferencia sobre
Cervantes en el IV centenario de su muerte, y he presentado libros con la
colaboración de la poeta Pilar Galán. ¡Ah! Y no puedo olvidar que gané el
primer premio de interpretación de lectura del Quijote. Y que es que, algunas
veces, hacer el payasete con don Quijote se me da bien.
Me viene
recuerdos de todas clases, unos luctuosos, de amigos que se fueron con sus
pinceles a pintar querubines en el Cielo. O aquellos viajes y exposiciones en
Calpe, a la Romana, a Sax, a Novelda, y Algemesi, Orihuela y no sé cuantos más,
porque son incontables, y es que el espíritu esencial de la Asociación es
la hermandad y la confraternidad. Se han hecho grandes exposiciones en la
Lonja del pescado, El patronato, la CAM, Museo Fernando Soria, es incluso en el
MUBAG, etc. La calidad de los artistas cada día me sorprenden, tanto, que
se me quitan las ganas de pintar y exponer en las colectivas, o quizás, no sé,
si es que me he vuelto cómodo como Cómodo el César romano, o descabelladamente
cómodo como un perezoso en Australia. Y esta actitud, mía, sé que no es buena,
para la colectividad que se ha hecho crónica. Porque todos deberíamos
arrimar el hombro, salvo que nos acuda una artrosis en el acromion. Yo he hecho
muchas exposiciones, entre ellas, las que hice con Vanguardia 5, que no
resistió la crisis. La última exposición fue septiembre de 2015 en la sala B
donde expuse mi “intelectualismo”, compartiendo la sala con la gran pintora Helena
Sainz (con he como a ella le gusta).
Las
actividades son múltiples, desde clase de dibujo y pintura la natural,
conferencias, poesía, viajes y exposiciones. Las tertulias sobre pintura de los
jueves con Rosa, Pedro, Ramón, Manolo, Carlos y los demás contertulios, me
gustan, si no me caigo de las sillas de plástico, que es como ir a un encierro
de toros, no sé cómo voy a salir. A lo mejor, entre otras posibilidades, nos
falte crear un concurso anual de pintura, pero para eso hace falta un
patrocinador que pague los premios.
En la
actualidad se han incorporado artistas de todas las técnicas, muchas caras me
son nuevas y desconocidas, pero me gusta su entusiasmo.
Lamento que
la actual directiva (presidente y secretario) hayan decidido no
presentarse a las próximas elecciones a la junta, pero es una decisión
que hemos de respetar.
Ramón
Palmeral