Juana Francés, la mujer que fue icono vanguardista y primera en exponer en el extranjero
MUJERES QUE DEJARON HUELLA | SOMOS FUTURO
La pintora alicantina alcanzó la fama fuera del país con su obra y fundó el grupo 'El Paso'
En tiempos convulsos siempre aparecen valientes que confrontan con lo establecido. El caso de la artista Juana Francés (Wikipedia) no deja indiferente a nadie, si tenemos en cuenta el contexto en el que transcurre la mayor parte de su vida, la posguerra. Nacida en Altea (Alicante) en 1924 desarrolló un vínculo con la música y la pintura que la trasladó a Madrid a estudiar en la escuela de Bellas Artes de San Fernando. Por aquel entonces, la academia estaba anclada en un tradicionalismo artístico que prohibía a sus alumnos exponer sus ideas más innovadoras. Sin embargo, esto no logró adiestrar la libertad y el espíritu crítico de Juana. De hecho, se rumorea que su grupo de arte iba descolgando los cuadros dentro de la institución para colgar los suyos. Posteriormente se trasladó a París con una beca donde finalizó su formación académica.
La obra pictórica de Francés gira en torno a varios estilos. Influida en su primera etapa por la figuración y el expresionismo alemán sus cuadros estaban compuestos por trazos geométricos muy marcados. Con los años evoluciona hacia un estilo más informalista en la que predomina la abstracción y el estudio de nuevos materiales de creación.
Descrita por sus entrevistadores como un
alma inquieta, su carácter pleno de vivacidad le lleva a representar a
España en varias ocasiones en una de las exposiciones mas relevantes a
nivel mundial, la Bienal de Venecia. En el certamen de la bieneal de Venecia 1956 conoce al
escultor Pablo Serrano, con quien contrajo matrimonio años después y con
quien fundó, junto a otros artistas masculinos, el grupo artístico 'El
Paso' en 1957, una corriente vanguardista que sirvió para definir el
arte contemporáneo de posguerra.Los dos artistas comprtem inspiraciones e inquietudes mutuamente.
El escultor se convirtió en una pieza fundamental en los trabajos de la pintora. Ambos se sirvieron de fuente de inspiración mutua para evolucionar artísticamente.
A partir de 1961, la obra de Juana incorpora materiales de desecho como fragmentos de cocina, ladrillo, vidrio, piedras o conchas. Además durante esa década su pintura se centró en paisajes. Asimismo, la alicantina nunca abandonó su postura crítica hacia la sociedad. Sus pinturas más representativas se incluyen en 'El Hombre y la Ciudad'.
En 1985 falleció Pablo Serrano, y ella se quedño muy tocada anímiamente,
Tras fallecer en Madrid en 1990 su obra pasó a manos de los fondos patrimoniales de las ciudades con las que tuvo más vinculación: Alicante, Valencia, Madrid y Zaragoza.