NOTICIAS 2021
EXPOSICIÓN DE AMALIA NAVARRO JARA
ARMONÍAS
11 NOVIEMBRE 2021 - 7 ENERO 2022
CENTRO CULTURAL MVA
MÁLAGA
AMALIA NAVARRO
PINTORA
COMENTARIO DE JULIO CALVET BOTELLA
MAGISTRADO, ESCRITOR Y VICEPRESIDENTE DE F. V. PATRONATO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA CIUDAD DE ORIHUELA
Frente a la luz no queda otra opción sino
tener los ojos en actitud de espera.
JOSÉ LUIS VALLEJO MARCHITE
Frente a la luz, y frente al silencio que evocan los misterios de la vida. Y no misterios oscuros. Son misterios luminosos. Es lo que a mí me sorprende de la soberbia pintura de Amalia Navarro Jara. Me quedo quieto ante sus cuadros que me llenan de puertas abiertas. Hay un futuro apenas escondido. Pero hay un futuro. Una promesa de vida. Encrucijadas de lugares a los que invita a entrar sin oscuridad.
Sus cuadros tienen para mí la mirada llena de nobleza de su autora, porque Amalia en sus cuadros nos abre un horizonte sereno. Y al mirar sus cuadros, me quedo quieto. Me quedo frente al horizonte. Un horizonte con figuras escondidas. Quisiera poderme sentar en esa silla de su cuadro Ausencia. Y esperar. No sé quién puede ser el ausente. Acaso su padre, José Navarro Meseguer, que le señaló el camino de la vida y el afán de la pintura. Y le dejó, prendido desde niña, el aroma del color de los óleos blancos. Siempre estará presente en Amalia el color de los óleos, que impregnarán el inmenso arte de la pintora.
Un pintor nos deja la plenitud de la vida. Amalia no puede ocultarnos su alma andaluza. Y es que Amalia es malagueña, del pueblo de Álora, que es uno de los corazones de la Andalucía, como a mí me gusta llamarla. Porque Andalucía es patria de artistas. De artistas inmortales. De Giraldas y de Medinas. De cantares y de poetas. Y de grandes pintores. Andalucía y Sevilla siempre me recuerdan al benefactor don Miguel de Mañara encargándole al pintor Bartolomé Esteban Murillo que le pintara con urgencia los cuadros de imágenes religiosas con los que vestir el Hospital de la Santa Caridad. Y Amalia Navarro, respondiendo a un encargo similar de la Archicofradía de Nuestra Señora de Monserrate de Orihuela, nos ha dejado para siempre, retratado en su pintura, al gran papa Juan Pablo II, elevado ya a la santidad, con sus brazos abiertos que parece recibirnos con mirada de amor y de ternura desde su capilla en el Santuario de la Patrona de Orihuela.
Y como no podía ser de otra manera, Amalia se encontró en su caminar con el pintor Diego de Silva y Velázquez. El pintor sevillano que nos dejó ese Cristo Crucificado, que es como la obra maestra de la serenidad y la belleza. «¿En qué piensas Tú, muerto, Cristo mío?», le preguntara don Miguel de Unamuno desde su poema «El Cristo de Velázquez», lleno de trémula emoción.
Y en los lienzos de Amalia Navarro, nos aparecerán El dios Marte, El papa Inocencio X y La infanta Margarita de azul apoyados en las paredes blancas, no como abandonados, sino esperando ser situados sobre el alto de las paredes. Esas paredes impecables de los cuadros de nuestra gran pintora. Pero sobre todo estará allí el que es para mí el mejor cuadro velazqueño: Las Meninas. Yo me pasaría, sentado en ese banco de madera, situado frente al cuadro de Velázquez, que hay en el Museo del Prado, horas y horas, contemplándolo. La infanta Margarita, jugando con sus damitas, los enanos de la corte, Mari Bárbola y Nicolasito Pertusano, el perro favorito, una dueña, un caballero una puerta que atraviesa otro caballero y los reyes Felipe IV y Mariana de Austria, reflejados en un espejo, y, como llenándolo todo, el pintor Diego Velázquez, ante su lienzo, paleta y pincel en mano... Pero ¿dónde está el cuadro?, se preguntara Teophile Gautier. Y Amalia Navarro nos lo dice, con voz muda, pero con la luz blanca de su pared. Aquí lo tenéis, como contestando al escritor francés, y también a todos nosotros.
Velázquez, el pintor sin par, y Amalia Navarro Jara junto a él. Compartiendo su arte, entre sus habitaciones y puertas blancas. Luego veremos unos magníficos retratos. La corte de los Austrias. La corte del Siglo de Oro. Encontrarse junto a esos retratos de Amalia Navarro es como trasladarse a un mundo inmortal, y casi quisiéramos haber podido estar entre ellos, y conocer al propio rey Felipe IV, a su hermano Fernando de Austria y a su hermana María Ana de Austria, y otra vez a Mari Bárbola y hasta al propio esclavo del pintor, Juan de Pareja.
Luego, y apartándose del pintor sevillano, Amalia nos pinta su homenaje al pintor aragonés por excelencia, don Francisco de Goya y Lucientes, con su cuadro más famoso, entre blancas paredes, de los Fusilamientos, de la montaña del Príncipe Pío, o del mes de mayo en Madrid, que tanto vale, y después sus cuadros homenajes a Carlos de Haes, López Villaseñor Magritte y Antonio López, para luego acabar cediéndonos al descanso en sus habitaciones, sus sillerías y sus pasillos, y un autorretrato espléndido de sí misma. Y como Amalia Navarro es gentil, nos abre las puertas de su arte con esta exposición memorable. En Málaga, y en el Centro de Cultura MVA —María Victoria Atencia, la gran poetisa malagueña—de la Diputación Provincial de Málaga.
La pintura de Amalia Navarro .Jara rezuma nobleza, como ella misma. Dama de la Real Orden de San Antón de Orihuela y de su Capítulo de Gobierno y miembro electo del Consejo Asesor de la Fundación de la Comunidad Valenciana Patronato Histórico-Artístico. Y es que Amalia, sin perder su alma andaluza, en su residencia orcelitana es persona muy querida y reconocida.
No es posible en estas breves líneas intentar siquiera mínimamente decir sus muchos premios obtenidos en certámenes nacionales e internacionales y sus muchas exposiciones realizadas, pero me permitiré citar el primer premio del XIV Certamen Nacional de Pintura de Castellón, el primer premio en el Certamen Nacional de Artes Plásticas Ciudad de Palencia de 2011 o el primer Premio Internacional de Pintura Toledo Puche, en Cieza (Murcia).
Y en este año, en su querida Andalucía, en su querida Málaga, se abren las puertas a esta gran exposición que hoy contemplamos de la gran pintora, Amalia Navarro Jara. Gracias, Amalia, por la luz que irradian tus cuadros. Gracias por traernos cogidos de tu mano los cuadros de Diego de Silva y Velázquez sobre tus paredes y los perfectos y bellos retratos de su corte. De tus homenajes pictóricos y de tus grandezas y silencios. Gracias por tu brillante exposición. Por tus afanes y pinceles.
Publicado el blog de la Real Orden de San Antó Orihuela