Madame Matisse (The Green Line), 1905
Para pintar este cuadro, Matisse ha empleado colores puros: rojo, amarillo, verde, azul; rojo-violado, blanco y negro. La concordancia de estos colores le permite expresar la presencia de un ser joven, sensual y reflexivo a la vez. Los pintores del “Cavalier bleu”, Kandinsky, Franz Marc y August Macke, trabajaron en sus primeros tiempos casi exclusivamente con el contraste del color en sí mismo.