viernes, 1 de mayo de 2020

El retrato de Adele Bloch-Bauer en Nueva York, de Klimt

 

 

Una obra de Klimt se convierte en el cuadro más caro de la historia

El magnate Ronald S. Lauder compra el retrato 'Adele Bloch-Bauer I' por 106,8 millones




Klimt ha superado a Picasso. El retrato Adele Bloch-Bauer I, pintado por el artista austriaco en 1907, se ha convertido en el cuadro más caro de la historia al ser adquirido por el magnate de la cosmética Ronald S. Lauder, hijo de la legendaria Estée Lauder, por 135 millones de dólares (106,8 millones de euros). El retrato se exhibirá en Nueva York a partir del mes próximo. Hasta ahora era Picasso quien dominaba en el olimpo del mercado del arte con Muchacho con pipa, vendido por 82,4 millones de euros, y con Dora Maar con gato (1941), que se subastó hace un mes en Sotheby's por 75 millones.

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Maria Altmann, sobrina de Adele, la mujer retratada por Klimt en lo que se considera una de sus mejores obras, se ha desprendido del célebre lienzo para que cuelgue, desde el próximo 13 de julio, en la Neue Gallery de Nueva York, un pequeño museo dedicado al arte germánico del siglo XX fundado por Lauder hace cinco años. "Adele es nuestra Mona Lisa. Es una adquisición sin precedentes", declaró el comprador en el diario The New York Times, donde se hizo ayer pública la cifra, en cuya negociación intervino la casa de subastas Christie's.
Durante seis décadas, el retrato de tonos dorados de Adele Bloch-Bauer, una intelectual austriaca de principios del siglo XX, considerada una de las amantes del pintor, colgó de las paredes de la Austrian Gallery, en Viena, junto a El beso, otra de las obras cumbre de Klimt. Había sido un encargo del marido de la retratada, Ferdinand Bloch-Bauer, y formaba parte de la colección de la pareja, que poseía cuatro obras más de Klimt: otro retrato de Adele datado en 1911 y tres paisajes. Adele falleció en 1925 sin que ninguno de sus tres hijos la sobreviviera y en su testamento solicitó que tras morir su marido los lienzos fueran donados al Gobierno austriaco. Sin embargo, Ferdinand, un rico empresario judío del azúcar, que huyó a Suiza tras la anexión nazi de Austria en 1938, revocó el testamento de su esposa y decidió que toda su fortuna, incluidos los cuadros, fueran heredados por sus tres sobrinos, Luise, Robert y Maria.
Pero hace apenas seis meses que las obras de Klimt llegaron a manos de la nonagenaria Maria, la única superviviente de aquel testamento. Desde el final de la II Guerra Mundial, los tres sobrinos de Adele y Ferdinand intentaron recuperar el patrimonio de sus tíos, saqueado y repartido entre los nazis. El Gobierno austriaco les devolvió algo pero no los klimt.
Tras el descubrimiento del testamento de Adele en 1988, donde simplemente se expresaba su deseo de donar las obras al Gobierno de su país, los herederos comenzaron una batalla legal que les llevó a denunciar a Austria ante Estados Unidos en 2000. Aquella denuncia, sin precedentes legales, fue finalmente aceptada por el Tribunal Supremo estadounidense en 2004. El pasado enero un tribunal de arbitraje austriaco dio la razón a Maria Altmann, residente en Los Ángeles desde 1942, y le tuvo que devolver los cuadros de Klimt.
La noticia de la venta a la Neue Gallery de Nueva York no ha sido bien recibida en Austria. "Si las autoridades austriacas hubieran sido un poco más hábiles habrían conseguido el retrato gratis", declaró a France Press Rudolf Leopold, director del Museo de Arte Moderno de ese país. "Tenemos que asumir una pérdida artística", dijo Hannes Androsch, ex ministro de finanzas austriaco.
Maria Altmann aún no sabe qué hará con los otros cuatro lienzos de Klimt, valorados en unos ochenta millones de euros, aunque ya le están lloviendo las ofertas. De momento, se los ha prestado a la Neue Gallery para que se exhiban junto al retrato de su tía. "No sé. No puedo decidir. Me gustaría que terminaran en algún museo", ha dicho Altmann. No sería sorprendente que fuera Lauder quien los adquiriera. "Siempre fue muy generoso y nos apoyó en todo momento. Conoce muy bien Austria y es un gran amante de Klimt", declaró respecto a un hombre que desde el principio de la disputa entre ella y el Gobierno austriaco se puso de parte de Altmann y cuya relación con aquel país no sólo se limita a esta compra histórica.
Lauder, heredero del imperio de la cosmética Estée Lauder Inc, fundado por su madre en los años cuarenta, fue nombrado por Ronald Reagan embajador de Estados Unidos en Austria en 1986. Su enfrentamiento personal contra el presidente austriaco de origen nazi Kurt Waldheim le llevó también a ahondar en sus raíces judías (era de origen húngaro) y a crear en 1987 la fundación que lleva su nombre, dedicada a ayudar a la diáspora judía. Pero durante su estancia en Austria pudo además desarrollar sus conocimientos sobre el arte de origen germánico, que le servirían para crear en 2001 la Neue Gallery. El pequeño museo neoyorquino trata de emular a la Neue Gallery de Viena, un espacio nacido en plena década de los veinte donde se mostró el arte austriaco y alemán más innovador de aquella época. Tanto Lauder como su amigo Serge Sebasky, marchante de arte, a cuya memoria está dedicada la Neue Gallery, soñaron durante treinta años con crear un espacio similar en Nueva York y tras la muerte de Sebasky, en 1996, Lauder hizo su sueño realidad utilizando, entre otros, fondos de su colección personal de arte.
Comprar el retrato de Adele Bloch-Bauer es como haber adquirido un pedazo de historia. Aquella mujer de palidez centroeuropea y labios carnosos a la que Klimt dedicó varias obras fue una de las mujeres más célebres de la Viena de principios de siglo. Adelantada a su tiempo, organizaba tertulias y fiestas espectaculares en las que se codeaba con intelectuales de su tiempo como Richard Strauss o Egon Schiele, discípulo de Klimt. "Le hubiera encantado ser una mujer de hoy, ir a la Universidad y trabajar en el Gobierno", aseguró Altmann recordando a su tía.Maria Altmann aún no sabe qué hará con los otros cuatro lienzos de Klimt que posee

Maria Altmann posa ante <i>Adele Bloch-Bauer I </i><b>(1907),</b> de Gustav Klimt, el pasado mes de abril en una exposición en el County Museum de Los Ángeles.
Maria Altmann posa ante Adele Bloch-Bauer I (1907), de Gustav Klimt, el pasado mes de abril en una exposición en el County Museum de Los Ángeles.REUTERS

* Este artículo apareció en la edición impresa del martes, 20 de junio de 2006.


 Historia del cuadro
A Klimt le llevó tres años completar este retrato, que mide 138 x 138 cm y está hecho con óleo y oro sobre tela marinera, con una ornamentación elaborada y compleja tal como se ve en los trabajos del Jugendstil. Klimt fue miembro de la Secesión vienesa, un grupo de artistas que rompieron con la forma tradicional de pintar. La obra fue realizada en Viena, encargada por Ferdinand Bloch-Bauer.3
Como rico industrial que hizo su fortuna en la industria azucarera, apoyó las artes y favoreció y promovió la labor de Klimt. Adele Bloch-Bauer se convirtió en la única modelo pintada en dos ocasiones por Klimt cuando completó un segundo cuadro, Retrato de Adele Bloch-Bauer II, en 1912. Adele indicó en su testamento que los cuadros de Klimt deberían donarse a la Galería del Estado de Austria.4​ En 1925 Adele murió de meningitis, y cuando los nazis ocuparon Austria, su viudo se exilió en Suiza. Todas sus propiedades fueron confiscadas, incluida la colección Klimt. En su testamento de 1945, Bauer-Bloch designa a sus sobrinos y sobrinas, incluyendo a Maria Altmann, como herederos de su patrimonio.5
Como las pinturas propiedad de Bloch-Bauer permanecieron en Austria, el gobierno se inclinó por el testamento de Adele. Luego de una batalla legal en Estados Unidos y en Austria, se determinó que Maria Altmann era la propietaria legal de esta y otras cuatro pinturas de Klimt.6​ La decisión fue aceptada en Austria con resignación. Después de que los cuadros fueran enviados a Estados Unidos, estuvieron en exhibición en Los Ángeles hasta que el Retrato de Adele Bloch-Bauer I fue vendido a Lauder.
La pintura ha pasado a ser la pieza central de la colección de Lauder en su Neue Galerie de Nueva York, que durante años ha intentado recuperar el arte propiedad de la comunidad judía, la mayoría de Alemania y Austria, confiscada o robada por el gobierno nazi. Lauder trabajó con este objetivo mientras fue embajador de Estados Unidos en Austria, miembro de la "World Jewish Restitution Organization" y de la comisión designada por Bill Clinton para examinar casos de robos nazi. Es significativo el comentario de Lauder al recuperar el Retrato de Adele Bloch-Bauer I: "Esta es nuestra Mona Lisa....".7
En el año 2015 se realizó una película de la BBC con Helen Mirren y Ryan Reynolds llamada Woman in Gold, dirigida por Simon Curtis, con guion de Alexi Kaye Campbell y música compuesta por Hans Zimmer y Martin Phipps, que relata precisamente la restitución de esta obra.


Propiedad de la pintura ¿Quién era Adele Bloch-Bauer?

Adele Bloch-Bauer era la esposa de Ferdinand Bloch-Bauer, un rico industrial del azúcar que patrocinó las artes y en especial a Gustav Klimt.2​ Adele Bloch-Bauer fue la única modelo pintada dos veces por Klimt; ella también aparece en el mucho más famoso Retrato de Adele Bloch-Bauer I. Los retratos de Adele estuvieron en la casa familiar hasta que los nazis los incautaron durante la Segunda Guerra Mundial. La Galería Belvedere de Viena, a donde habían ido a parar estos cuadros, se negó a devolverlos a sus dueños, por ello hubo batallas en tribunales en los Estados Unidos y en Austria (ve República de Austria vs Altmann). Finalmente, en enero de 2006 cinco pinturas de Gustav Klimt fueron dadas a Maria Altmann, la sobrina de Ferdinand Bloch-Bauer, la legítima heredera según su testamento. En noviembre de 2006, la Casa de Subastas Christie's vendió el Retrato de Adele Bloch-Bauer II en subasta por casi $88 millones, a Oprah Winfrey, convirtiéndose en una de las obras de arte subastadas más caras hasta el momento.3
En otoño de 2014, Oprah Winfrey prestó la obra anónimamente, en calidad de préstamo especial a largo plazo, al Museo de Arte Moderno de Nueva York. El préstamo fue gestionado por el magnate del entretenimiento David Geffen, amigo de Winfrey y benefactor del museo.4
En 2016, mientras el Klimt estaba colgado en las galerías del quinto piso del MoMA, Winfrey fue contactada a través de Geffen por Larry Gagosian, para su venta por 150 millones de dólares; antes de vender la obra a un comprador chino no identificado, durante el verano, Winfrey acordó prestarlo temporalmente a la Neue Galerie para la exhibición “Klimt y las mujeres de la edad dorada de Viena, 1900–1918”, extendida desde el 22 de septiembre de 2016 al 16 de enero de 2017.5