martes, 16 de julio de 2019

César Mánrique, Lanzarote. Estilo Personal (Un pintor al que admira PALMERAL)





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El artista canario César Manrique en su estudio. / Linus G. Jauslin

El universo más íntimo de César Manrique

Una exposición de fotografías inéditas da a conocer la faceta más personal del artista canario cien años después de su nacimiento



Un artículo de
Se cumplen 100 años del nacimiento de César Manrique (1919 - 1992), el icónico y comprometido artista lanzaroteño que puso en valor y dio a conocer la riqueza cultural y medioambiental de su querida isla al mundo entero. Ahora, su cara más íntima es plasmada a través del objetivo de Linus G. Jauslin en la exposición 'Manrique Inédito', comisariada por la experta en arte y asistente del pintor, Carmensa de la Hoz, en una selección de fotografías que construyen un sincero y comprometido homenaje a la efervescente personalidad del reconocido artista.
Después de triunfar en Nueva York y llegar a exponer en todo el mundo, lo dejó todo tras una llamada del Cabildo de Lanzarote para llevar a cabo un histórico proyecto de conservación en la isla. "Lo hizo por amor al arte, porque no cobró nada, pero quiso regresar a su tierra para convertirla en lo que es a día de hoy. Gracias a su figura, la isla de los volcanes, la más olvidada de todas, conserva su paisaje y su personalidad propia. César nos enseñó a quererla, a estar orgullosos de ella", agradece De la Hoz, ex codirectora del centro de arte La Regenta y fundadora de la sala de arte Los Aljibes de Lanzarote.


No se trata de una exposición fotográfica al uso, advierte el autor de las imágenes. "Es casi un álbum familiar, realizado tras una selección de los cerca de dos mil negativos que acumulé en mi casa en Suiza tras mis visitas a Formentera. No tenía siquiera que llamar a la puerta, César me recibía con los brazos abiertos y me dejaba fotografiarle con total confianza. Yo nunca pensé en sacar estas imágenes a la luz, pero había que hacer algo especial para el centenario", señala Jauslin.
La muestra, que fue presentada dentro del programa de actos #Manrique100 impulsados desde el Cabildo de Lanzarote en su tierra natal, hace ahora su primera parada recalando en el espacio Yimby de Bilbao hasta el próximo 3 de agosto. En ella, los visitantes podrán disfrutar de la hospitalidad de este genio, que abría las puertas de su impresionante casa Taro de Tahiche, en Teguise -ahora reconvertida en sede de la Fundación César Manrique- a este fotógrafo suizo y a otros grandes amigos como Alberti, Oteiza, Kraus o Berlanga siempre que viajaban a la isla.
Como si de curiosos voyeurs nos tratáramos, a través de estas fotografías nos sumergimos de lleno en el universo más íntimo del artista. Nos colamos en su taller, donde podemos descubrir cómo era su rutina de trabajo ante el lienzo, su amor por sus perros -al primero le llamó Taro, como el tradicional refugio de la lluvia que construían los campesinos y a él le siguieron otros, siempre de la raza Gran Danés- o su impresionante plantación de cactus, que cuidaba con esmero y que en 2017 fue reconocida con el Premio Internacional Carlo Scarpa de Jardines concedido por la Fundación Benetton por ser uno de los jardines más bellos del mundo.
Una pequeña anécdota que refleja la sensibilidad de Manrique, cuenta entre risas, es que cuando quiso cambiar los suelos de su casa para colocar mármol le rogó a Carmensa que cantara a sus delicados helechos para que no se mustiaran. "Y yo entonaba boleros y alguna copla, que es lo que a mí me gusta, mientras los obreros, muertos de la risa, me miraban como si estuviera loca".

Defensa del medioambiente

El genio canario siempre llevó por bandera la defensa de las tradiciones y el valor medioambiental de Canarias, buscando el equilibrio en la naturaleza como espacio creativo, lo que le valió numerosos reconocimientos, como el Premio Mundial de Ecología y Turismo y el Premio Europa. "Fue un artista adelantado a su tiempo. Hablaba de ecologismo cuando todavía no se sabía qué era eso", destaca su asistente.
Pero además, a Manrique "le gustaba una fiesta más que comer", prosigue De la Hoz esbozando una sonrisa. Tal es así que fue precisamente en la inauguración de la sala de fiestas Andrómeda del Lago Martiánez del Puerto de la Cruz, en Tenerife, donde conoció a Jauslin. Han pasado casi cincuenta años de aquello, pero este fotógrafo lo recuerda como algo mítico. "Fue una fiesta impresionante, a la que asistieron cerca de dos mil invitados y llegó a bailar la legendaria Joséphine Baker", rememora, mientras observa con nostalgia las fotografías de la artista estadounidense, conocida popularmente como la Venus de Bronce.

César Manrique en el salón violeta de su casa, Taro de Tahíche .
Aparecen otros rostros femeninos, como el de su novia Lise Prahm, pero su gran amor fue Pepi Gómez. "Estuvieron juntos 19 años, hasta que ella falleció en el año 1963 a causa de un cáncer de matriz. Les hubiese gustado tener hijos, a él le encantaban los niños, pero no pudo ser", indica su asistente. Su pérdida le hizo huir de Madrid y marcharse tan lejos como pudo, a Nueva York.
Otro de los momentos que marcó trágicamente su vida fue la Guerra Civil. Al contrario de lo que se cuenta en algunas biografías, De la Hoz explica que fue reclutado contra su voluntad por el bando franquista. Tenía sólo 17 años y su inocencia era tal que cuando "llegó al campamento, de noche y lloviendo, preguntó por qué había un grupo de hombres que dormían al raso en el patio en vez de resguardados y en realidad lo que pasaba era que estaban muertos", narra a modo de anécdota. No obstante, tuvo suerte y su destreza con el dibujo le ayudó a desempeñar tareas de oficina alejado del peligro de las trincheras. Aun con todo, al regresar a casa cuenta la leyenda que prendió fuego a su uniforme de soldado.

César Manrique en 1992 abrazando a su perro en su casa de Haría, un mes antes de fallecer.

Sus últimas imágenes

Las imágenes que conforman este apasionante recorrido son prueba fehaciente de la amistad que mantuvieron Manrique y Jauslin. Una relación que perduraría durante más de dos décadas, desde que se conocieron en 1971 hasta la inesperada muerte del artista en 1992 en un accidente de tráfico. "Apenas un mes antes, en otra de mis asiduas visitas a Lanzarote con mi mujer y mis hijos, le saqué la que sorpresivamente se convirtió en su última imagen", lamenta.
En ella, aparece sonriente, abrazando a su perro y con unas gafas oscuras que trataban de contrarrestar sus problemas de visión. "Después de ser operado de la vista, dejó de conducir e iba a todas partes con su chófer, pero el día del accidente cogió el coche desde su nueva casa en Haría para ir a la Fundación. Conocía perfectamente el camino, pero pasó lo que nunca debió pasar", lamenta con De la Hoz, visiblemente emocionada.

La comisaria de arte Carmensa de la Hoz y el fotógrafo Linus G. Jauslin.
Con este repaso por los últimos años de su vida, 'Manrique Inédito' logra transmitir la vitalidad de este genial artista, cuyo legado resulta imprescindible para entender la historia reciente y su huella indeleble forma parte del acervo cultural y el impresionante paisaje de la mágica isla de los volcanes.




Descubra las obras de César Manrique en Lanzarote

29 enero, 2019

obra de cesar manrique jardín del captus


Existen pocos artistas en el mundo que hayan aportado tanto a su tierra natal como César Manrique. Y es que el artista lanzaroteño se propuso transformar su isla en un lugar fascinante, lleno de rincones interesantes que no destruyeran su paisaje natural, sino que lo realzasen. Así, Manrique proyectó numerosas obras arquitectónicas que fueron pioneras en lo que hoy llamamos urbanismo sostenible.“No creo que la arquitectura tenga que hablar demasiado. Debe permanecer silenciosa y dejar que la naturaleza, guiada por la luz y el viento, hable”. – Tadao Ando.
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César Manrique, en su estudio. Fotografía de Turismo Lanzarote.
Aunque hayan pasado más de 26 años desde su muerte, en 1992, el legado del genial pintor, escultor, arquitecto y diseñador de espacios sigue vivo en Lanzarote. Y es que Manrique es el ejemplo perfecto de que la existencia del ser humano sólo cobra sentido si logra integrarse con la naturaleza.
En Lanzarote Experience Tours hemos seleccionado las obras más importantes de César Manrique en Lanzarote, que conforman en su conjunto una visita obligada para todos aquellos interesados en la arquitectura, el arte y la ecología.

Las obras más importantes de César Manrique en Lanzarote:

1. Los Jameos del Agua

Los Jameos del Agua, en Haría, es sin duda la obra más emblemática dentro del concepto de César Manrique de naturaleza-arte, o el arte destinado a la reinterpretación del paisaje natural. Los Jameos del Agua es una impresionante cueva volcánica adaptada y acondicionada para su visita turística. En ella, los visitantes pueden apreciar la belleza natural de este lugar, donde los lagos se mezclan con las plantas y los matices cromáticos de sus paredes de piedra volcánica.
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Los Jameos del Agua, en Haría, es sin duda la obra más emblemática dentro del concepto de César Manrique de naturaleza-arte, o el arte destinado a la reinterpretación del paisaje natural. Los Jameos del Agua es una impresionante cueva volcánica adaptada y acondicionada para su visita turística. En ella, los visitantes pueden apreciar la belleza natural de este lugar, donde los lagos se mezclan con las plantas y los matices cromáticos de sus paredes de piedra volcánica.
Manrique se encargó de que Los Jameos del Agua fuera un lugar polivalente, donde se pudiera escuchar música, pasear y comer. Por eso, en el interior de la cueva se construyeron un restaurante y un auditorio. Sin duda todo un ejemplo de arquitectura audaz y ecológica, que aprovecha al máximo las creaciones de la naturaleza, sin destruirlas.

2. El Mirador del Río

Al norte de Lanzarote se encuentra el Mirador del Río, una de las obras más destacadas de César Manrique en Lanzarote. Este edificio, situado en un acantilado y construido con roca volcánica con el fin de camuflarlo en el entorno, cuenta en su interior con formas curvas (recordemos que las líneas rectas no existen en la naturaleza) y un gran aprovechamiento de la luz natural. En él, los visitantes pueden admirar las vistas al Archipiélago Chinijo y sus tres pequeños islotes, dibujados en medio del Océano Atlántico.
Mirador del Río obras destacadas César Manrique en Lanzarote
Mirador del Río, una de las obras más destacadas de César Manrique en Lanzarote

3. Juguetes del viento

La obra de César Manrique en Lanzarote no se limita a trabajos de arquitectura; el genial artista canario también dejó su impronta en forma de esculturas móviles, los Juguetes del Viento, que interactúan con su entorno natural al moverse gracias a la fuerza del viento.
Puede observar diferentes juguetes del viento en distintos lugares de Lanzarote, como la Rotonda de Tahíche, el Aeropuerto, la Fundación César Manrique, o la rotonda de la Avenida de las Playas, en Puerto del Carmen.
pintura César Manrique
Pintura de Manrique. La obra pictórica del artista toma su inspiración en los colores y el paisaje de su isla natal. Imagen de Fundación César Manrique, en Lanzarote.

4. Casa de Tahíche (Fundación César Manrique)

A su regreso de Nueva York, ciudad en la que vivió 4 años, César Manrique sintió la necesidad de alejarse de las grande urbes y volver a su tierra natal, Lanzarote. Allí, mientras paseaba por sus tierras, se topó con unas enormes cuevas en el suelo, causadas por las diferentes erupciones volcánicas que han tenido lugar en la isla a lo largo de su existencia.
A Manrique le fascinó esta formación natural, que parecía invitar a cobijarse en ella. Entonces hizo construir una impresionante vivienda que, tras la muerte del artista, pasó a convertirse en sede de la fundación que lleva su nombre.
La Casa de César Manrique en Tahíche supone un homenaje tanto a su habitante original como a la propia isla de Lanzarote. Resulta maravillosa su singular arquitectura, integrada dentro de la propia piedra volcánica, que incorpora tanto elementos modernos como tradicionales de la isla de Lanzarote.

5. Jardín de Cactus

La unión entre tradición y modernidad marca la obra pública de César Manrique en Lanzarote. Esta idea se aprecia bien en el Jardín de Cactus, un bonito parque ubicado en Guatiza y creado por el artista y su equipo. En este parque, la especie protagonista es el cactus, planta emblemática de paisajes áridos que en este lugar despliega su variedad en forma de más de 450 ejemplares venidos de todas las partes del mundo.
Una curiosidad: en la cafetería del parque, podrá degustar una hamburguesa de cactus. Eso sí, ¡sin espinas!
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6. Restaurante El Diablo

En el Islote de Hilario, ubicado dentro del Parque Nacional de Timanfaya, uno de los parajes de tierra volcánica más impresionantes del mundo, los visitantes pueden disfrutar de un agradable almuerzo en su restaurante El Diablo. Este lugar fue concebido por Manrique en 1970, junto a otras remodelaciones que tuvieron lugar en el parque.
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El Diablo es un original restaurante construido con piedra volcánica cuya enorme cristalera permite contemplar el singular paisaje del parque. Su característica más llamativa es que la cocina aprovecha el intenso calor natural del suelo volcánico para cocinar los alimentos. ¡Dado el vínculo de Timanfaya con el fuego, no nos extraña que el logotipo del restaurante sea un diablo, diseñado por el propio Manrique!

Tour César Manrique Experience: El talento de un hombre y el amor por su tierra

Si tiene ganas de explorar de cerca la visión de Manrique, en Lanzarote Experience Tours ofrecemos una visita guiada por las importantes y emblemáticas obras de César Manrique en Lanzarote: el Tour César Manrique Experience. En él visitaremos el Parque Nacional de Timanfaya, el Monumento al Campesino, la Fundación César Manrique, el Jardín del Cactus, el Mirador del Río y los Jameos del Agua.
Descubra todos estos lugares, parte esencial del legado de Manrique en Lanzarote, en un grupo pequeño de máximo 14 personas, de la mano de los guías de Lanzarote Experience Tours.