Julio Le Parc presentado por Iria Candela
Se encienden
las luces de Nueva York para Julio Le Parc a los 90 años /Arte Informado
El MET-Breuer acoge su primera gran exposición en un museo de Nueva York,
con la que, además, se convierte en el primer artista latinoamericano en
realizar una exposición en vida en el MET, se celebra su regalo de 24 obras y
también su 90 cumpleaños.
Con más de 50 obras, "Julio Le Parc 1959" presenta una selección
sustancial, nunca antes vista, de gouaches de uno de los años más prolíficos y
transformadores de la carrera del artista, el de 1959. Obras geométricas de
pequeños formatos y consideradas como sus primeras investigaciones sobre el
color y el desplazamiento de la luz realizadas a su llegada a París.
Afirmado sobre el brazo de la gran coleccionista y filántropa
uruguaya-venezolana Estrellita B.
Brodsky y junto a uno de sus hijos, Yamil
Le Parc, pero caminando firme y de manera elegante a sus noventa años,
el gran artista argentino Julio Le Parc (Mendoza,
1928) hacía su esperada aparición en la sala de exposición de la segunda planta
del MET-Breuer, en pleno Upper East-Side neoyorquino, donde su
exposición "Julio Le Parc 1959",
se podrá ver, desde hoy hasta el próximo 24 de febrero.
Ha tenido que alcanzar los noventa años para que Le Parc, considerado uno
de los artistas latinoamericanos más destacados de su generación con uno de los
corpus de obra en arte cinético y óptico más interesantes e importantes
desarrollado desde mediados de la pasada centuria, tenga su primera gran
muestra individual en un museo neoyorquino, con la que, además, se convierte en
el primer artista latinoamericano en realizar una exposición en vida en el MET,
se celebra su regalo de 24 obras al museo metropolitano y su 90 cumpleaños.
Recién llegado de Buenos Aires, en donde ha inaugurado 'Sphère Acier
Miroir', su última creación para la Torre Corporativa del Banco Galicia,
Le Parc, en todo momento, estuvo acompañado por la curadora de la muestra, la
española Iria Candela (Santiago
de Compostela, 1976), primera curadora de
Arte Latinoamericano "Estrellita B. Brodsky" del Metropolitan Museum
of Art - MET. Ambos intercambiaron pareceres mientras iban parándose
frente algunas de las 54 obras que reúne esta exposición.
Imagen de la entrada a
la exposición
Sin duda, se trata de una selección sustancial, nunca antes vista, de
gouaches de uno de los años más prolíficos y transformadores en la carrera del
artista, el de 1959, que da título a la muestra. Obras geométricas de pequeños
formatos que son consideradas como sus primeras investigaciones sobre el color
y el desplazamiento de la luz realizadas a su llegada a París.
Como se ha encargado de recordar el artista, él llegó a Francia en el 1958,
con 30 años, y disponía de las 24 horas del día para él, al tener una beca del
gobierno francés. Trabajó lo que más podía a través de sus ideas empleando los
pequeños materiales que podía comprar como cartones y gouaches, que es el
material que ahora se presenta. "Fue la primera vez que me pude dedicar
por completo a mi arte", ha reconocido un emocionado Le Parc.
Entre las obras que se pueden contemplar, bajo la luz tenue que inunda las
salas por motivos de conservación de los delicados gouaches, están obras de su
colección particular y algunas de las regaladas, tal y como reza en las
cartelas.
Julio Le Parc e Iria
Candela, durante la presentación a los medios.
Entre estas últimas, dos obras históricas, 'Contorsion sur trame
1966' y su instalación 'Continual Light Cylinder', 1962/2018, ubicada en
una sala totalmente a oscuras, que corta en dos el recorrido. Dicha
instalación, realizada en madera, espejo de plexiglás y activada por un
proyector y motor, es toda una declaración de intenciones y un gran ejemplo de
las altas cotas alcanzadas en el arte cinético por el mendocino.
Aunque mucho menos majestuosos por su pequeño formato, sus gouachés de
1959, en los que juega con el color, las formas circulares o los cuadrados,
como en 'Homenaje', 'Ordenación Ambivalente', 'Desarrollo de Círculos y
Cuadrados' o 'Post-Imagen Variante', por citar solo algunos, son los
protagonistas absolutos de esta muestra.
Unas obras que le traen muy buenos recuerdos y que le emocionan al ver como
están colocadas ahora en la exposición, según ha comentado el artista, quien ha
añadido que "me reafirmo en la idea de que había una potencialidad de
desarrollo. La resonancia de ellos mismos hizo que hubiera una
continuación".
Para Le Parc fue muy importante en su proceso creativo despreocuparse del
éxito inmediato o crear una imágen marca. "Mi preocupación era como sacar
más de mi mismo", ha querido destacar el artista en respuesta a una de
las preguntas de la curadora de la muestra.
Por su parte, Iria Candela, ha subrayado que "parecen ejecutados por
una máquina, ya que apenas se ve el trazo del artista". Candela es también
la curadora de la primera gran
exposición en los Estados Unidos en más de cuarenta años del
artista argentino-italiano Lucio Fontana (Rosario,
1899 - Italia, 1968) del que fue alumno Le Parc. Las dos exposiciones
convivirán durante un mes.
Sus obras de pequeño formato, que ahora se pueden degustar en el MET, son
la antesala de lo que vendría más tarde: un aumento en la escala de su obra. Lo
que busca con ese incremento, según sus propias palabras, es que "el
espectador esté circundado, que la presencia física del espectador sea más
importante".
Porque si algo define al arte cinético, o como él prefiere denominar, 'arte
experimental', eso es la 'participación y la interacción con la
obra del espectador' y Le Parc como pocos lo ha llevado a sus últimas
consecuencias.
Tildado con justicia de visionario, Le Parc pertenece a una generación de
artistas latinoamericanos que han aportado al arte mundial la excelencia y la
apertura a nuevas posibilidades expresivas contemporáneas, y que, desde hace
unos años, los grandes museos estadounidenses les han comenzado a prestar la
atención de la que han sido privados durante muchas décadas.
Al ser preguntado ¿por qué no había tenido antes una exposición en un museo
neoyorquino? Le Parc ha respondido que "a comienzos de los años 60 las
tendencias donde los norteamericanos no tenían dominio, como el arte cinético,
el op art o los nuevos realistas franceses, que son el equivalente del pop,
'quedaron de lado o relegados'. Ahora parece que pueden ser valorados en su
justa medida".
Una puesta en valor de la que tiene buena culpa, dado el esfuerzo e
interés que demuestran con su apoyo directo, los grandes coleccionistas de Arte
Latinoamericano afincados en los Estados Unidos, o mejor dicho en Nueva
York.
De hecho, la exposición es posible gracias a la Daniel and
Estrellita B. Brodsky Family Foundation, de ahí que la encargada de su
curadoría sea Iria Candela, la curadora Brodsky en el MET y contase con
la presencia de la coleccionista Estrellita B.
Brodsky. La mecenas, además de próxima al artista, a quien
colecciona, también fue la curadora de "Julio Le Parc: Form
into Action", su primera gran muestra en los Estados Unidos
celebrada en el PAMM, de Miami, que luego viajó al Instituto Tomie
Ohtake, de Sao Paulo, contando ambas con la consultoria artística de
Yamil Le Parc.
Todo apunta a que Brodsky ha sido la gran valedora y artífice de que se
produzca el importante regalo de Le Parc al MET, un museo al que está muy vinculada
desde hace años y en el que su marido, el reconocido empresario neoyorquino
Daniel Brodsky, es el Presidente de su
Junta Directiva.
Además, brindan apoyo adicional Tony Bechara,
artista, coleccionista y presidente emérito del Patronato de El Museo del Barrio,
en Nueva York, quien recientemente ha donado un millón de Dólares para apoyar
los programas de educación y curaduría de ese museo; y el Institute for
Studies on Latin American Art (ISLAA), una iniciativa impulsada y
liderada por el filántropo Ariel Aisiks;
y la Latin American Art Initiative del MET.
Con esta gran exposición y su entrada en los fondos del MET es de esperar
una mayor apreciación en la obra de Le Parc por parte de los
coleccionistas estadounidenses. No hay más que seduzca a un coleccionista que
ver cómo un importante legado de obras de un artista y en este caso consagrado
y aún vivo ingresa en uno de los mejores museos del país. Todo un axioma en
términos de mercado.
Precisamente, a poca distancia del MET-Breuer se encuentra la sede
neoyorquina de una de sus galerías representantes, la brasileña Nara Roesler,
que, desde su llegada a Nueva York, viene colaborando con distintos operadores
locales, entre ellos, Another Space,
el espacio que Estrellita B. Brodsky ha fundado bajo el paraguas de su
fundación familiar en el barrio de Chelsea.
En los últimos tres años, la galería dirigida por Daniel Roesler le ha
dedicado a Le Parc sendas exposiciones en sus espacios de Nueva York, São Paulo e Ipanema (Río
de Janeiro). Con dichas muestras demuestra gran interés por visibilizar la obra
de este artista, a quien, ahora, a sus noventa años se le encienden los potentes
focos de Nueva York, o sea, de la capital del mercado del arte.