jueves, 30 de julio de 2015

Textos del catálogo: "Ramón PALMERAL, pintor". VV.AA. Expone 12 obras de "Intelectualismo" del 1 al 15 de septiembre 2015







Ramón PALMERAL, pintor
                                           







                                                  Presentación



    

      El presente catálogo incluye algunas de las principales obras de Palmeral creadas durante el periodo de los últimos quince años, así como las exposiciones en las que ha participado. Ésta no es una muestra que pueda ser considerada antológica, ya que en ella no se incluyen algunas obras destacadas realizadas en periodos anteriores, ni obras de formación concebidas en otras ciudades en las que ha residido.


      El principal objetivo de este catálogo es presentar una muestra seleccionada del «palmerismo» más destacado con doce pinturas de la serie «Intelectualismo» que se exhibirán del 1 al 15 de septiembre de 2015, en la Sala B del Centro de Arte de Alicante (c/ Arquitecto Morell, 11).

      Palmeral quiere agradecer a los artistas y críticos que han colaborado con sus comentarios y textos en el presente catálogo, haciendo un ejercicio de análisis objetivo e instructivo como: Manuel Mas Cabaluig, Carlos Bermejo, Miguel Fernández, Tomy Duarte, Pedro Ortiz y Jesús Saorin.

 Presentation this catalogue includes some of the major works of Palmeral Grove created during the period of the last fifteen years, as well as exhibitions in which he has participated. This is not a sign that can be considered selective, since it does not include some outstanding works made in previous periods, no training works conceived in other cities in which it has resided.      The main objective of this catalogue is to present a selected sample of the highlights «palmerismo» with twelve paintings from the series "Intellectualism" which will be on display from 1 to 15 September 2015, in Conference Room of the Centro de Arte de Alicante (c / architect Morell, 11).      Palm wants to thank the artists and critics who have collaborated with their comments and texts in this catalogue, making an objective and instructive analysis exercise as: Manuel Mas Cabaluig, Carlos Bermejo, Miguel Fernández, Tomy Duarte, Pedro Ortiz and Jesús Saorin.



Comentario de Manolo Mas Calabuig (castellano y valenciano)


RAMÓN PALMERAL.

Ramón Palmeral no es académico, ni licenciado, ni doctor en Bellas Artes, sin embargo, su afición ha sido siempre la pintura, y con los años ha ido evolucionando del dibujo religioso de la época de su juventud a la figuración de paisajes, bodegones y retratos, a los que incorporaba elementos aditivos, pudiendo ser radiografías, cartones, papeles de periódicos etc, investigando con casi todos los estilos conocidos, impresionismo, expresionismo, puntillismo y otros aspectos que le pudieran proporcionar cualquier motivo para poder investigar dentro del campo pictórico.
 Hace alrededor de una década se percató que el camino elegido no le iba a proporcionar ningún tipo de reconocimiento en el mundo del arte; por ello dio un giro de ciento ochenta grados en su modo de detectar el arte y empezó a investigar en el “Intelectualismo”, que consiste en incorporar a  sus lienzos todos aquellos elementos que le sugiere su intelecto, es como una especie de surrealismo pero característicamente suyo, es decir de temas fundamentalmente alicantinos.
Años más tarde investiga en la abstracción geométrica (entes geométricos puros), todo ello le llevará a desembocar en la serie de la “Primavera Árabe”, para pasar luego a abstracciones más complejas, y él nos lo hace saber, es decir a una Abstracción Reticular y lo que también llama el “Paroxismo de Masas”, que es donde trabaja e investiga actualmente.
Por ello creo que hablamos de un pintor que ha consumado su estilo, a la vez  reconocible y personal;  meta ésta la  de cualquier artista que se preocupe de crear una obra artística y personal, donde queden reflejadas todas sus investigaciones en el campo pictórico.
En su próxima exposición de septiembre, llevará a cabo una muestra de doce cuadros sobre el “Intelectualismo”, obras que el pintor Palmeral considera, que van a ser las que más atracción popular puedan tener en este sentido.






RAMÓN PALMERAL

Ramon Palmeral no és acadèmic, ni llicenciat, ni doctor en Belles Arts, no obstant això, la seua afició ha sigut sempre la pintura, i en els anys ha anat evolucionant del dibuix religiós de l'època de la seua joventut a la Figuració de paisatges, tavernes i retrats als quals ha incorporat elements additius com radiografies, cartons, papers de periòdics, etc. Ha investigat en quasi tots els estils coneguts, impressionisme, expressionisme, puntillisme i altres aspectes que li pogueren proporcionar qualsevol motiu per a poder endinsar-se dins del camp pictòric.
Fa al voltant d'una dècada s’adonà que el camí elegit no li anava a proporcionar cap tipus de reconeixement en el món de l'art; per això féu un gir de cent huitanta graus en el seu mode de detectar l'art i començà a investigar en el «Intel·lectualisme», que consisteix a incorporar als seus llenços tots aquells elements que li suggereix el seu intel·lecte, és com una espècie de Surrealisme però característicament seu, és a dir, de temes fonamentalment alacantins.

Anys més tard investigà en l'abstracció geomètrica (ents geomètrics purs). Açò el portarà a desembocar en la sèrie de la «Primavera Aràbiga», per a passar més tard a abstraccions més complexes, és dir a una Abstracció Reticular. Actualment treballa e investiga el «Paroxisme de Masses».

Crec que parlem d'un pintor que ha consumat el seu estil. Un estil a més a més recognoscible i personal. Aquesta és la meta que qualsevol artista vol aconseguir; és a dir, crear una obra artística on queden reflectides totes les seues investigacions en el camp pictòric.

En la seua pròxima exposició de setembre, durà a terme una mostra de dotze quadros sobre el «Intel·lectualisme», obres que el pintor Palmeral estima seran les que més atracció popular puguen tindre en aquest sentit.


Manuel Mas Calabuig
Doctor en Bellas Artes





MIRAR UN CUADRO: RAMÓN  “PALMERAL"
                                 OBRA: "INTELECTUALISMO IX"

        Nuevamente me veo en la difícil tesitura de presentar a Ramón Fernández "Palmeral", porque el palmeral con el que adorna su nombre; se hace realidad en su rica personalidad. Una sola palmera no hace un palmeral. Un palmeral es casi un bosque de palmeras; oasis en medio de un desierto, en que abundan los frutos y el agua para calmar el hambre y la sed de los viajeros del mar de arena.
     Así veo yo a Ramón, flexible, altivo, la más alta palmera del palmeral, inclinando las múltiples ramas de su saber hacia el suelo, donde nos movemos los demás mortales, cayendo cual maná para alimento espiritual de los que le seguimos en su rica trayectoria intelectual.
    No voy a entrar en currículum ni biografías, porque con ser importantes en su historia vital, ya lo he hecho en otras ocasiones y esto se alargaría hasta el infinito, dada su multifacética personalidad. Tiempo habrá cuando Ramón vuelva a darnos alguna charla o conferencia, como aquella magnifica sobre el "Guernica" que dio en esta Sala.
   Hoy el maná con el que él nos alimenta y se retroalimenta, viene en forma de cuadro titulado "INTELECTUALISMO IX". Un óleo de la cadena de sus últimas producciones pictóricas, con el que pretende apuntalar su teoría o nuevo "istmo" por él creado titulado "INTELECTUALISMO". En esencia y para simplificar, se trata de dejarse llevar a la hora de realizar un cuadro, por los sentimientos del subconsciente dejando la mano al albur de lo que aquel le diste. Ramón, para ser consecuente con su teoría, tampoco tiene muy claro lo que es, puesto que el subconsciente le juega malas pasadas y, a veces, queriendo tirar hacia la abstracción, le sale un cuadro de puro realismo, con reminiscencias dalinianas y simbolistas en el que está presente todo el bagaje de su aprendizaje, del que por mucho que él quiera no se puede desprender, porque sería la Nada pictórica del principio de los tiempos. Una paradoja más de la rica personalidad de nuestro querido Ramón, quien sin embargo logra grandes aciertos con sus espacios bien estructurados, colores bien contractados, composiciones donde nada parece dejado al azar y dibujo bastante ajustado. Es decir, todo bien pensado, meditado y realizado, donde el automatismo de su teoría brilla por su ausencia. Y es que Ramón, aunque lo intente, no puede dejar de lado cuando pinta, su otra personalidad, la literaria y como a su tocayo Ramón Gómez de la Serna, le gusta hacer greguerías para adornar la indudable valía de su obra pictórica. Eso es lícito e inteligente para darse a conocer, pero en nada mejora la calidad de su pintura, que a mi entender, en cada cuadro mejora, aunque para ello tenga que servirse de lo excluido en su teoría.
    Así es Ramón, inteligente, culto, contradictorio en su pensamiento, algo ególatra (como todo el que se precie) trabajador, incitador de polémicas tan solo por el gusto de polemizar, iconoclasta y rebelde, moderno y clásico a la vez. Amigo de sus amigos, tolerante con todos y fustigador de injusticias. Si queremos conocer mejor su personalidad literaria, hay que entrar en su "Blog de Pepe Bragas [hoy NUEVO IMPULSO]" y leer sus columnas de la derecha, pero si queremos conocer su personalidad humana, hay que tratarlo como amigo. Entonces veremos que es muy "buena gente" en todos los sentidos, pese a que a veces se despache con alguna frase cortante que sin él pretenderlo puede llegar a hacer daño, y cuando en su denominada "Filosofía privada" dice: "Con una mano pinto, con otra escribo y con la tercera me masturbo", habría que añadirle "y con la cuarta, la de mi corazón de poeta, me doy a los demás sin esperar nada a cambio".

    Ramón, tienes la palabra y el látigo, emplea lo que quieras. 


Carlos Bermejo.
Crítico de arte y secretario de la Asociación de Artistas Alicantinos
Alicante, 21 de febrero de 2008.








Ramón Palmeral: El último hombre del Renacimiento

 
Si las personas  pudieran eligir cuándo y dónde nacer, Ramón Palmeral, sin pensárselo, hubiera elegido el Renacimiento italiano. Allí no habría televisión, periódicos, ordenadores, videojuegos, perdida de tiempo en el transporte, ruido… sólo habría trabajo, trabajo y más trabajo. Se levantaría con la salida del sol y se dormiría al ocaso en una cama de mechones de lana pura de oveja. Soñaría con las cosas que tendría que hacer mañana. Viviría en un palacete donde tendría su despacho y su gran estudio de artista. Su mujer, sumisa como las de aquella época, le interrumpiría sólo para decirle: “A comer”. El domingo irían a misa (separados hombres de mujeres) y a las tertulias de artistas con Leonardo, Miguel Ángel o Rafael.

Pero Ramón Palmeral (Piedrabuena, Ciudad Real, 1947) no tiene más remedio que vivir en la actualidad, trabaja y trabaja como en el Renacimiento, pero aprovechando todos los recursos y tecnologías que tiene a su alcance. Cualquier mortal nace, trabaja, se reproduce y muere,  además trabaja, no en lo que le da de comer, como todos, sino en muchísimas cosas más. “El que mucho abarca, poco aprieta”, dice el refrán. Podría hacer mucho… pero mal; sin embargo, este hombre es de los que tiene talento para todo lo artístico.

¡Ya sé que usted puede sentirse pequeño, minúsculo al compararse con él! Pero ha de aceptar que existe gente así, y Alicante tuvo la suerte de encontrarse con Palmeral después de que él diera vueltas por toda España. Para él Alicante es la segunda ciudad más importante del mundo… después de Málaga, donde se trasladó de niño y vivió su juventud.

El “renacentista” Ramón Palmeral es redactor, poeta, novelista, ensayista, conferenciante, artista pintor, dibujante, ilustrador, fotógrafo, tallista, escultor, miniaturista, coleccionista, documentalista, encuadernador, editor de libros, bloguero, webero (perdón, editor de webs).
Una vez me encontré en una óptica un cartel que decía: “Lo imposible lo hacemos al instante, para los milagros tardamos más”, miré con detenimiento y no ponía el nombre de Ramón Palmeral. ¡Qué fallo! No hay empresa que se le ponga en el entrecejo que le eche para atrás. “Si eso ha sido capaz de hacerlo un hombre, yo también puedo”, es su máxima.

Aterricemos en el tema de la pintura, que es en lo que se está centrando ahora el “renacentista”. Pido perdón por repetir lo que todo pintor dice siempre, que Ramón empezó a dibujar y pintar desde pequeñito. En su bloque, el padre de uno de sus mejores amigos pintaba al óleo, se le metió el olor de la trementina y del óleo en la pituitaria y desde entonces no ha parado. El señor Zorrilla, amateur del paisaje, le enseñó los primeros rudimentos, ya que niño el Ramón era el único de los sinvergüenzas del barrio dedicado a matar gorriones con la escopeta de perdigones, que se interesó por la pintura. Desde entonces se dedicó al dibujo religioso, muy valorado en la España de aquella época católica apostólica y romana y a pintar paisajes al óleo influenciado por el señor Zorrilla.
En la Escuela de Artes y Oficios de San José Obrero se familiarizó con el hierro y la madera. Le sacó viruta al hierro con la lima hasta que se le pusieron manos de hombre y callos de picapedrero. Afiló gubias con la piedra de Arkansas y el aceite hasta que cortaban como navajas de afeitar. De un tronco de roble tallaba los modelos de yeso que le ponían.

Pero la formación artística se interrumpió de golpe, había que trabajar para ayudar a la familia y su padre lo colocó en la oficina de una empresa de abastos para buques. A pesar de interrumpir su formación artística, con los cánones de la época, no dejaría de pintar y tallar.
Volvamos a la actualidad subidos en la máquina del tiempo. Tras vaciar muchos tubos de pintura y desgastar muchos pinceles,  ha pasado por múltiples etapas, que algún día contaré con detalle. Lo importante es hacerles saber cuáles son los fundamentos que ahora guían su pintura.

En primer lugar decidió que su arte debía distinguirse del resto de artistas, es un acto creativo pintar diferente a los demás. De ese modo dejó de hacer la pintura de género: paisajes, marinas, bodegones, retratos… y fue buscado crear arte nuevo. “En una exposición, entre cien cuadros, el público tiene que poder decir ante mi cuadro: ‘Este es de Palmeral, si no, no estaré satisfecho”, me comentó cuando se produjo el cambio. Y efectivamente, hoy día lo ha logrado, la clientela de Alicante puede identificar una obra de Palmeral de un solo golpe de vista.
En un segundo lugar se planteó que la obligación del artista es ser hijo de su tiempo. No puede recrear continuamente tiempos pasados y pintar paisajes del romanticismo, bodegones tenebristas, marinas impresionistas. Eso es como querer viajar en carruaje por la autovía a Benidorm en vez de en un coche de dos mil centímetros cúbicos. De ahí que su pintura pertenezca al grupo de vanguardia  cinco alicantino.
Todos estos esfuerzos  han sido reconocidos por clientes y coleccionistas que ven en el artista un arte que merece la pena tener, ya que si no formara parte de sus colecciones, faltaría un trozo de la vanguardia alicantina.

También dicho reconocimiento se ha visto recompensado con la reciente incorporación de su nombre al Diccionario de Pintores Alicantinos, vademécum de nuestra Historia del Arte de la ciudad.


Miguel Fernández.
Licenciado en Bellas Artes.



            Ramón  PALMERAL. Pintor



        Ramón Fernández PALMERAL  nació en Piedrabuena 1947 (Ciudad Real), pasó parte de su juventud en la bonita ciudad de Málaga (Andalucía); pero por razones de trabajo ha tenido que viajar por varias ciudades de la geografía de España.



     En el año 1990, decidió fijar definitivamente su residencia en Alicante, en la actualidad es miembro benefactor del Museo del Mar de Santa Pola, Ramón Fernández expresa la influencia de su medio y se somete al hechizo de la luz mediterránea. Su obra posee la cualidad de la atmósfera transparente y camina hacia la abstracción, pasando por la pintura realista de paisajes, bodegones, retratos, caricaturas, etc., elementos muy simples y minuciosos que repetidos crean un lenguaje plástico de gran pureza.



     El rayismo, los retales coloreados dentro de una misma gama, el puntillismo… están al servicio de su extraordinaria sensibilidad para darnos una versión delicadísima de un árbol, la lejanía, la hoja o la flor. Basta quizás una ojeada a uno de sus cuadros para sentirnos fascinados pero sobre todo inquietos, porque en ellos entramos en nosotros mismos. Dice la doctrina platónica que descubrir es recordar. Uno de los efectos de sus cuadros, es que no nos descubren nada nuevo sino que nos recuerda bellos sueños. La obra de Ramón Fernández [Palmeral] es una indicación plástica que crece y se interrelaciona, se  enriquece y se complementa y genera un lenguaje artístico propio y lo hace avanzar muy rápidamente. Sus imágenes son experiencias difíciles que  como cicatrices marcan la evolución artística de este magnifico pintor manchego, que un día decidió  vivir para siempre en la ciudad del Sol y de la luz de Alicante,  deslumbrado  como no podía ser de otra manera, del maravilloso embrujo del Mediterráneo.



     La pintura de Ramón Palmeral es también un camino para conocerse a sí mismo, un revulsivo muy importante, como el aprendizaje de nuevas técnicas que en el arte siempre tienen que ser una búsqueda. Palmeral cultiva una pintura realista, unas acuarelas líricas, una topografía romántica, que embellece todo cuanto toca su pincel, transformado la acuosidad de sus colores en obras de verdadero ensueño. Sus reiteradas innovaciones en el campo de la abstracción no han sido frutos meramente coyunturales, sino logros pautados por el estudio de una planificada y rigurosa investigación personal, legitimada tanto por sus cualidades y  resultados plásticos como por su coherencia y fundamentación argumental.

    La contemplación de su obra me acerca al decorativismo de ornamentos de pasados remotos y, a su vez, al ludismo topológico y casi cibernético más actual.



      Tomy Duarte

      Directora del Círculo de Arte Alicantino

      Diario Noticias de Alicante, 23-03-2006 





EL INTELECTUALISMO DE RAMÓN PALMERAL


     Con este apelativo ha bautizado Ramón PALMERAL al estilo que practica desde el año 2007 y que inicia con su obra titulada «La extraterrestre».
     Nadie puede con más derecho bautizar a su propio estilo que el propio autor, porque es el creador  que tiene más y mejores argumentaciones para su denominación, evitando así que luego, posteriormente, como ocurre tan a menudo, aparezca un enterado o crítico y empiece a elucubrar y sacar conclusiones sobre un estilo u obra, que nada tienen que ver  con lo que el autor tenía  «in mente» o quería expresar; es decir, que  se pronuncie  artísticamente de forma inadecuada o imprecisa.

    Considero que es conveniente dar unas pinceladas, aunque sea de forma escrita, acerca de la personalidad de Ramón Palmeral, para comprender mejor su "intelectualismo".
    Ramón es una persona muy sensible en todo lo que tiene que ver con el arte, con la literatura, con la poesía, etc., de hecho es un admirador de Federico García Lorca, de Antonio Machado y muy especialmente de Miguel Hernández, habiendo participado en conferencias y eventos culturales como exposiciones y conmemoraciones sobre este último.

   Tiene su revista digital NUEVO IMPULSO donde va dando cuenta de los distintos acontecimientos culturales y artísticos de más relevancia que se van dando, especialmente en Alicante. Siempre que puede le gusta  estar presente en los eventos artísticos  y culturales de relevancia que se van sucediendo en Alicante.

    Es una persona inquieta intelectualmente hablando y que busca incansablemente la evolución en su modo de expresarse plásticamente, es decir, un torbellino de ideas bulle en su cabeza continuamente, y no le ha preocupado, como a los grandes, que su obra gustara mucho o poco sino expresarse libremente como mejor ha considerado personalmente en cada momento al margen de modas, modos y academicismos. Él se marcó una serie de reglas para realizar y desembocar en su «intelectualismo», como son: no copiar de la Naturaleza, ni de modelos, ni de fotos, dejando a su intelecto, a su fantasía, inspiración y vivencias personales, que a través de su especial visión artística y de su intelecto, plasmar todo ello de una forma muy personal, alejada de cualquier ortodoxia academicista, tanto en el dibujo como en el color, haciendo uso de cierto automatismo (como hicieron los surrealistas) e introduciendo ciertos atisbos de geometrías que nos podrían recordar levemente en alguna realización a los cubistas, pero también ha ido introduciendo una serie de formas geométricas con un simbolismo determinado (lo que él denomina «seres geométricos inteligentes»), todo esto unido y amalgamado resulta un estilo totalmente transgresor voluntariamente y con placer alejado de cualquier norma en cuanto a composición o equilibrio en coloridos o dibujos, intentando una nueva forma de comunicación con el  espectador.

     Todo lo anteriormente expuesto ha desembocado en su «intelectualismo», un estilo personal y perfectamente identificable que hace de sus obras auténticos Palmerales, obras llenas de creatividad, y de puro placer imaginativo y transgresor (me recuerda en esto de la transgresión pura y dura al dadaísmo), todo lo cual no es nada nimio en el mundo del arte donde casi todo está dicho y hecho, y destacar entre la innumerable nómina de artistas es verdaderamente difícil y meta para muchos, y esto Ramón Palmeral lo ha conseguido al margen de gustos y modas.

Pedro Ortiz
Artista plástico





LEER LA PINTURA Y OÍR IMÁGENES



Ramón Palmeral nació en 1947 en Piedrabuena (Ciudad Real). A los cinco años pasó a residir en la provincia de Málaga, donde pasó su juventud. Allí cursó sus primeros estudios, en la Escuela de Artes y Oficios, periodo del que datan sus primeras obras. Compaginaba sus estudios artísticos con su formación académica. Tras concluir el Bachillerato cursó estudios universitarios de Geografía e Historia en Castellón de la Plana, y Derecho en Granada. Su profesión le llevó a residir en distintas ciudades de la geografía española, afincándose en Alicante 1990, donde reside.



Palmeral, seudónimo por el que también se le conoce, es un hombre polifacético, al que hace tiempo conocí y al que me une una sincera amistad. Es una amalgama de virtudes, un ejemplo de tesón y de cuanto se puede conseguir con firme determinación y juvenil ilusión, elementos de los que ha hecho gala a lo largo de toda su vida. En la actualidad pertenece a distintas instituciones, como la Asociación de Artistas Alicantinos, Asociación Cultural Espejo de Alicante, el grupo Vanguardia Cinco, miembro benefactor del Museo del Mar de Santa Pola, y literariamente pertenece al Grupo poético-literario NUMEN.  



Le conocí en la Asociación de Artistas Alicantinos, cuando un amigo común, Carlos Bermejo, me lo  presentó. Mientras contemplábamos una exposición tuve la ocasión de charlar largamente con él sobre temas de pintura, sobre los caprichos del arte y su mercado, de sus vivencias y experiencias como pintor, etc. Me pareció una persona accesible, inquieta, observadora y cordial.



Después de conocer a la persona descubrí sus obras, circunstancia poco común, tratándose de un artista, ya que habitualmente sucede a la inversa. Pero afortunadamente Ramón Palmeral me volvió a sorprender, no se conformaba solamente con ser un artista plástico, también es poeta, ensayista y editor, amante de la fotografía y del video. Inquietudes todas estas, en las que ha conseguido importantes logros.



El arte, como el mundo, ya no es lo que era; de hecho, nunca ha sido lo que era, porque todo cambia. Todos cambiamos cada día, a cada instante. Y como no, también cambia el arte de este intrépido autor, que hoy expone y se expone ante nosotros, ante ustedes, con doce de sus creaciones.



Tras analizar reflexivamente las obras que hoy nos muestra, he de decir que éstas tienen un estilo valiente por cuanto atrevido, sentido y con verdad, al tiempo que con abundancia de conocimientos plásticos. Son un compendio de saber.



Él es como ya he puesto de manifiesto, un hombre polifacético, un manchego blanco de sombra, y algo quijotesco. Muestra un inventario plástico de formas infinitas, donde las tensiones entre lo surrealista, lo figurativo y lo abstracto geométrico se van modulando según la importancia de la imagen, que pretenda ser trasferida a pensamiento plástico.



Con la obra que hoy exhibe, nos revela paisajes espirituales y murmullos, en secuencias explicativas, lo suyo es poseía visual. Son obras para gustar, para leer la pintura y oír imágenes, “arte para no huir de la verdad”, su verdad. El misterio se halla en la propia relación entre los elementos pictóricos que componen cada cuadro, sin necesidad de ir a buscar más allá de la propia trascendía visual de los mismos, pues sus obras están llenas de movimiento, de colores vibrante, heterogéneo y que nos hacen meditar.

Es una obra impregnada de una tradición modernista, que el autor define como «Intelectualismo». Es en verdad una metáfora, que alude a la presencia del hombre, como el único ser vivo capaz de comunicarse mediante imágenes surrealistas, colocadas en el espacio dialogante de sus lienzos.

Sinceramente pienso, que tal vez sea prácticamente imposible establecer un discurso escrupuloso sobre la obra de este autor, sobre su estilo. Porque en el estilo nadie miente, en él reside la verdad del sujeto, la verdad del hombre «el estilo es el alma», la personalidad que nace y crece a tenor de las circunstancias del camino, de la vida, de la vida de cada uno.

Para concluir he de decir, que esta muestra contiene una firme voluntad artística vivencial que embebe los sentidos, arrastrándonos hacia la fascinación que se nos escapa, pero que el autor anhela  transmitir sus fantasías oníricas en esta importante exposición.



                                                                                                           Saorin                                                                                                                                                                        
  Premio Extraordinario Reina Sofía