Ilustrador ilicitano-alicantino. Autor de Cuadernos del Apocalipsis, con relatos de ocho escritores.
Ramón PALMERAL
Página de pintura y artes. Artista plástico alicantino de vanguardia.Pintor nacido en Piedrabuena. Arte en Alicante. Arte Contemporáneo. Interiorismo, decoración.Videoartista. Fotógrafo. Venta de obras de este autor. Página de interés para diseñadores y coleccionistas. Mas que pintor me considero investigador plástico Contacto: ramon.palmeral@gmail.com. La mayor sadisfacción que tengo al pintar es que después de muerto alguien mirará mis cuadros.
domingo, 30 de noviembre de 2025
viernes, 28 de noviembre de 2025
El Apocalysis de Juan Fuster empieza en Alicante
El apocalipsis, made in Alicante: un libro con ocho visiones sobre el fin del mundo
El artista alicantino JohnFJunior edita "The Apocalypse Files", con ilustraciones y ocho relatos de autores que hablan del fin de la humanidad, en castellano y en inglés, y donde el lector puede recortar los dibujos

El apocalipsis empieza en Alicante: un libro ilustrado sobre el fin del mundo
El apocalipsis empieza en Alicante: un libro ilustrado sobre el fin del mundo / INFORMACIÓN
The Apocalypse Files/ Los cuadernos del apocalipsis es el segundo libro de JohnFJunior, alter ego del artista alicantino Juan Fuster, que presenta una nueva publicación autoeditada formada por textos y dibujos de género fantástico que abordan un tema tan atractivo como desolador: el fin de la humanidad.
l, responsable de las ilustraciones, ha encargado a ocho autores que escriban sobre ello en forma de microrrelatos de forma independiente, a los que solo une el tono postapocalíptico, mientras que la escritora y guionista María Zaragoza (Premio Azorín 2022) ha elaborado el prólogo, Qué queda cuando no queda nada. Esta es la introducción al lector en una publicación "inclasificable" donde JohnFJunior busca otos caminos a los propios del arte contemporáneo involucrando a otros creadores, jugando con los recursos e incorporando otras disciplinas.

Interior del libro "The Apocalypse Files/ Los cuadernos del apocalipsis" / INFORMACIÓN
"Siempre invito a otros autores a que me acompañen", apunta el creador alicantino, que en el anterior libro, Hampstead Silly Tunes (Melodías tontas de Hampstead), contó con el artista Aurelio Ayela para los textos y con Erre Gálvez en el diseño. "Intento en estas publicaciones no solo difundir mi trabajo y el de otros, sino que el libro vaya más allá de ser un simple contenedor, cuidando los detalles intentando que el 'lector' pueda interactuar como si el libro fuera un juguete".
En este caso, todas las imágenes están duplicadas, para que el lector pueda cortar los dibujos por la línea de puntos y extraerlos del libro o enmarcarlos si lo desea. Otra de las cosas que aporta singularidad a cada ejemplar es la serigrafía impresa artesanalmente por el propio autor en la portada y contraportada, una especie de rayo atómico en color que puede variar el tono de uno a otro ejemplar.

JohnFJunior, con su libro / INFORMACIÓN
Este proyecto nació, como el anterior, de los dibujos que JohnFJunior creó durante su estancia en Londres hace unos años. Si en el primero las obras estaban inspiradas en rincones de un barrio londinense -en forma de alegorías tragicómicas, entre oscuras y divertidas-, en este el hilo conductor son las ficciones apocalípticas dibujadas, "de espacios irreconocibles, muy teatrales, donde se pueden apreciar las ruinas de un mundo que ya no existe", apunta. Todos los dibujos son en blanco y negro realizados con tinta negra sobre papel. El diseño es obra de Fernando Giménez Monzó.
Los autores y sus relatos
Los ocho escritores proceden de perfiles muy diversos. Entre los más consagrados, el escritor y crítico literario ilicitano Eduardo Boix, colaborador de Arte y Letras en INFORMACIÓN, presenta un microrrelato repleto de silencios y de nostalgia del mundo desaparecido.
Lorenzo Belenguer proviene del sector artístico y refleja en su relato su compromiso con la identidad, el poder y la ecología desde una mirada crítica. En Y llego, ¡claro que sí! describe los "avances" de una sociedad que se desintegra en valores.
La alicantina Marina Limiñana, especialista en comunicación y periodista, aporta luz al desastre nuclear con el nacimiento de una nueva raza.
Maggie Kuzan, curadora londinense afincada en Valencia, crea un relato mitológico actual, donde una diosa salvaje descarga su ira sobre el mundo.
Natalia Molinos, historiadora del arte alicantina, crea un relato clásico de ciencia ficción sobre un caos producido por los teletransportadores intergalácticos bajo el título de Atención al cliente.

Una de las ilustraciones de "The Apocalypse Files/ Los cuadernos del apocalipsis", de JohnFJunior / INFORMACIÓN
Paloma Ruby, escritora y artista circense de origen argentino, muestra una abstracción escrita que habla de transformación y evolución de forma poética generando nexos etéreos y atmosféricos.
Laura Soto publica un texto escrito durante la pandemia cuando no sabíamos muy bien cómo se resolvería la epidemia.
Y Maxi Velloso, realizador cinematográfico y guionista alicantino, con el título La última parada, relata el ataque de insectos mutantes sobre una ciudad.
Presentaciones del libro
La publicación de 80 páginas vio la luz por vez primera el pasado 1 de octubre en Londres, en un encuentro en el Instituto Cervantes donde se leyeron dos relatos y fue parte de las actividades de inauguración de The London Spanish and Zine Book fair, una feria en su séptima edición que promueve la literatura en lengua española en Reino Unido.
El libro se presentará en Detroit Llibres de Alcoy el 7 de noviembre (19.00 h), en el Instituto Gil-Albert de Alicante el 4 de diciembre (19,00 h) y en Obscura feria de arte de Barcelona el 29 de noviembre.
Noticias relacionadas y más
The Apocalypse Files/ Los cuadernos del apocalipsis está editado de forma independiente y se puede comprar en la web del propio autor: www.johnfjunior.com
Retrato a lápiz de JohnFJunior, por Ramón Palmeral
Retrato a Lápiz de Julio Calvet Botella, por Ramón Palmeral. En recuerdo de su novela "Descubriendo los secretos"
Retrato a lápiz del escritor y novelista Julio Calvet Botella, por Ramón Palmeral, 27-11-2025
Por su novela "Descubriendo los secretos". Reseña en de la novela publica en el Diario digital Nueva Tribuna de Madrid, con fecha 27 de noviembre de 2025.
(José Antonio L. Vizcaíno, Julio Calvet, Marisa Ayesta, El Corte Inglés, 18-11-2025)
miércoles, 26 de noviembre de 2025
Exposición de filatelia temática. Centenario de la pintora alicantina Juana Francés.
Exposición de filatelia temática. Centenario de la pintora alicantina Juana Francés. En Sede de la Universidad ciudad de Alicante. Inauguración día 28 de noviembre 2025.
La portada es un cuadro de Ramón Palmeral
Exposición de filatelia temática. Centenario de la pintora alicantina Juana Francés.
lunes, 24 de noviembre de 2025
Logo de Alicante Gastrómica o Gastronómico, creado por Ramón Palmeral octubre de 2025. La G defiende a A del ataque del bogavante
ALICANTE GASTRÓMICA
ALICANTE GASTRÓMICA
Desarrollo de la idea
Alicante Gastrómica 2026 incorpora este año un concepto innovador: la palabra GASTRÓMICA, un neologismo creado intencionadamente para renovar y simplificar el término gastronomía, considerado demasiado largo y poco estético. Con Gastrómica se aporta frescura lingüística y una marca propia que distingue al evento dentro del panorama culinario nacional.
El logotipo de Alicante Gastronómica 2026, diseñado originalmente por Ramón Palmeral, desarrolla visualmente esta idea innovadora. Su interpretación simbólica parte de una escena dinámica: ante el “ataque” de un bogavante —icónico representante del Mediterráneo y de la cocina alicantina—, la G de Gastrómica cobra vida. Animada y transfigurada, se divide en dos Ges, adoptando forma de defensas que responden con humor gráfico y creatividad a la provocación del crustáceo.
Esta metáfora visual transmite no solo ingenio artístico, sino también la esencia del evento: la interacción entre tradición marina, producto fresco y la capacidad de reinvención que define a la cocina alicantina contemporánea.
El fondo azul del logotipo simboliza el mar Mediterráneo, origen y sustento de buena parte de la cultura culinaria de la provincia. La combinación de elementos crea un sello distintivo, moderno y con personalidad propia.
Obra original del artista alicantino Ramón Palmeral.
(Copyright)
Caricatura de Manuel Alcántara. Boxeador del periodismo malacitano. (Axarquía-Vincónde la Victoria), por Palmeral 2025
Caricatura de Manuel Alcántara. Boxeador del periodismo malaciyano. (Axarquía-Vincónde la Victoria), por Palmeral 2025
domingo, 23 de noviembre de 2025
"El rayismo" de Ramón Palmeral, 2015-2024
El rayismo es una técnica pictórica rompedora con el academicismo que el pintor alicantino Ramón Palmeral desarrolló a lo largo de aproximadamente nueve años, entre 2015 y 2024. Durante este periodo, el artista experimentó con diversos materiales y herramientas —como masilla, pintura acrílica, peine, espátulas y otras creaciones propias— en busca de un lenguaje visual distintivo.
El proceso de investigación plástica, marcado por la exploración constante de texturas, relieves y dinámicas de color, desembocó en una obra profundamente personal, llamativa y original. El rayismo se consolidó así como una propuesta estética única, caracterizada por la energía de sus trazos, el juego de luces y sombras y la fuerza expresiva que emerge de la combinación de técnicas mixtas.
Participaron en colectivas de Nueva York, París, Viena, Madrid y Roma con un éxito rotundo por su innovación y originalidad.
Ramón Palmeral en su madurez creativa en 2025, Alicante
miércoles, 19 de noviembre de 2025
Biografía del gran pintor español Raimundo Madrazo, del siglo XIX
(Portada del catálogo de la Fundación MAPFRE)
Raimundo de Madrazo y Garreta
Madrazo y Garreta, Raimundo de. Roma (Italia), 24.VII.1841 – Versalles (Francia), 15.IX.1920. Pintor. (La maestría del retrato)
(Raimundo de Madrazo)
Bautizado en la iglesia de San Carlino calle Quattro Fontane de Roma, fue apadrinado por el pintor francés Raymond Balzé y por su tía Carlota Kuntz. Su padre, el pintor Federico de Madrazo (hijo de José Madrazo), se encontraba pensionado en Roma y regresaría a Madrid el año siguiente seguido de su esposa y sus cuatro hijos. El joven se formó con su padre, que era profesor en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, y con su abuelo, el pintor de cámara José de Madrazo, y también con sus tíos Luis y Pedro, lo que garantizó que, con muy pocos años, Raimundo adquiriera una extraordinaria capacidad dibujística. Ingresó oficialmente en la Academia en 1854, donde coincidió con algunos de los artistas que serían determinantes en el futuro de su carrera profesional, como Martín Rico, Eduardo Rosales y el francés Léon Bonnat (1833-1922), cuyos padres habían recalado en Madrid por motivos profesionales y que, más adelante, ya en París, se convertiría en un personaje clave para Raimundo.
Pasó a París en 1862, donde se convirtió en discípulo de Adrien Dauzats (1804-1868), aunque conoció bien los talleres de François-Édouard Picot (1786- 1868), Horace Vernet (1789-1863) y, sobre todo, el de Léon Cogniet (1794-1880), con quienes estableció fluidas relaciones. Además, también acudió con cierta regularidad a copiar al Museo del Louvre y muy a menudo al estudio de Ingres (1780-1867). En París se instaló en casa de sus tíos Eugenio de Ochoa y Carlota Madrazo, aunque en realidad convivía, sobre todo, con los jóvenes de la colonia española, y, tras una corta preparación con Cogniet, ingresó en la École des Beaux-Arts, donde permaneció muy poco tiempo. Así, junto con Martín Rico, prescindió de la pésima enseñanza de ese establecimiento, matriculándose en la École Imperiale de Dessin, llamada Petite École, cuyo prestigio artístico era mucho mayor. Todavía entonces pensaba en composiciones históricas, como La muerte de Don Lope de Haro en las Cortes de Alfaro (Nueva York, The Hispanic Society of America) o La llegada a España del cuerpo del Apóstol Santiago (Sevilla, colección particular). A finales de 1862 viajó a Londres, donde quedó impresionado por la escuela inglesa del siglo XVIII. En 1863 Raimundo, perfectamente conectado con la sociedad francesa de su tiempo a través de las amistades de su padre, recibió el importante encargo de pintar un plafón para el palacio del duque de Riansares, marido morganático de la reina María Cristina de Borbón, que le concedió cierto éxito, y que debía representar la Jura de las Cortes en 1833. Aunque desde 1863 había vendido obras a través de Goupil, a partir de 1866, ya integrado perfectamente en el ambiente artístico francés, firmó un contrato con el marchante.
En 1866 Eduardo Rosales presentó al joven pintor catalán Mariano Fortuny a Martín Rico y a Raimundo de Madrazo. Ese mismo año el catalán viajó a Madrid y se comprometió con su hermana Cecilia de Madrazo. Un año después Raimundo viajó a Madrid para acudir al matrimonio entre ambos. A partir de ese momento, las relaciones de los Madrazo con Fortuny se estrecharon y, aunque el catalán insistió mucho, no consiguió que Raimundo dejara París para establecerse en Roma, a pesar del ascendente que tuvo sobre él. Para Raimundo de Madrazo, París poseía no sólo el atractivo de las numerosas oportunidades artísticas y del contacto con las corrientes más vivas del momento, sino que sus incontables alicientes sociales le atraían muy especialmente. En 1869 Raimundo firmó un nuevo contrato con Goupil, que le obligaba a realizar nuevas escenas preciosistas, parecidas a las que pintaba su famoso cuñado. Ese mismo año, con Mariano Fortuny en París, acudió a pintar al estudio de Jean- Léon Gérôme (1824-1904) y poco después su protagonismo, gracias al éxito del catalán, adquirió unas dimensiones desorbitadas. Fortuny, acompañado continuamente de Raimundo, era requerido en los círculos más exclusivos de la ciudad, lo que abrió el futuro camino de Madrazo como retratista de esos mismos personajes que entonces les recibían como una auténtica atracción.
En 1870 los Fortuny abandonaron París, pero Raimundo, coincidiendo con la Guerra Franco-Prusiana, decidió quedarse y participar como voluntario de la Cruz Roja, en las labores humanitarias desplegadas en la capital. Su permanencia en la ciudad supuso la destrucción de algunas de las pinturas en las que trabajaba para su inminente exposición en Londres, pero el artista, junto a Ignacio León y Escosura, decidió resistir en la ciudad. En ese tiempo se ganó el respeto y la amistad férrea de muchos de los pintores franceses que habían quedado en la ciudad, especialmente de Paul Baudry (1828-1886), de quien llegaría a atesorar algunos de sus dibujos, hoy conservados en el Louvre.
Tras la guerra comenzó su verdadero ascenso profesional, exponiendo desde entonces en las galerías más importantes de París y Londres, difundiendo su arte —muy próximo a Fortuny— entre los grandes coleccionistas burgueses de toda Europa y América. En febrero de 1872 viajó a Sevilla con Martín Rico, a casa de los Iruretagoyena, emparentados con sus íntimos amigos, los hermanos Errazu. Allí realizó muchas escenas costumbristas y pinturas de gitanas. Después, en julio, acudió a Granada, donde se encontraba Fortuny.
A su vuelta a París entabló una relación amistosa con Giuseppe de Nittis (1846-1884), que triunfó ese año en el Salon. Tras varios tormentosos amoríos, el 19 de febrero de 1874 casó con su prima Eugenia de Ochoa y de Madrazo, con la que tuvo, el 28 de junio de 1875, a su único hijo, Federico Carlos de Madrazo (1875- 1935), más conocido como “Cocó”, que se dedicó a la pintura y a la música. Ocho días después del parto falleció su esposa. El otoño anterior había muerto en Roma su cuñado Mariano Fortuny y, junto a su hermana Cecilia y a su padre Federico, se ocupó de las ventas del atelier. Cecilia, con los dos huérfanos que Fortuny había dejado, se quedó en París, cerca de Raimundo, a quien nombró albacea de sus hijos.
A partir de ese momento su vida se volvió cada vez más sofisticada y exquisita y comenzó a tramar una red de amistades escogidas y cosmopolitas entre la que figuraron todos los protagonistas del Grand Monde de París, a la mayoría de los cuales inmortalizó en sus retratos. Retrató al que años más tarde sería su vecino e íntimo amigo, el conde Robert de Montesquieu (1855-1921), que le convirtió en asiduo tertuliano del salón de la princesa Mathilde Bonaparte y le facilitó además contactos con importantes clientes, como Samuel P. Avery.
En 1877 Madrazo debió ocuparse de organizar, con la ayuda de Rico, una exposición de homenaje a su cuñado Mariano Fortuny, en el Pabellón de la Exposición Universal de París de ese año. En enero de 1879 Raimundo fue nombrado correspondiente por el extranjero de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Aunque practicaba otros géneros con mucha habilidad, el éxito y el reconocimiento internacional llegó a Raimundo de Madrazo por su extraordinaria capacidad para retratar de un modo elegante y refinado a la más alta sociedad. Su clientela fue extraordinariamente variada. Así, hay ejemplos de la aristocracia española, como el soberbio retrato de la Duquesa de Alba (Madrid, Palacio de Liria), el de La reina María Cristina de Austria (París, Embajada de España) o el notable retrato del Marqués de Casa Riera (Madrid, Fundación Carlos de Amberes). También se conocen otros de la nobleza europea asentada en París, como el de La marquesa d’Hervey (París, Musée d’Orsay). Pero, sobre todo, Raimundo dejó los mejores testimonios de su pintura en los retratos de la alta sociedad hispanoamericana afincada en París, como el de La marquesa de Manzanedo (Madrid, Museo del Prado) o, sobre todo, el de su amigo Ramón de Errazu (Madrid, Museo del Prado), obra cumbre de toda su producción. Además, inmortalizaría a personajes clave de la sociedad estadounidense durante sus numerosas estancias en aquel país, como atestiguan los retratos del Mr. y Mrs. Charles Phelps Taft (Cincinatti, Taft Museum), hermanastro del presidente de los Estados Unidos.
Sin embargo, muchos de sus cuadros más conocidos son los tipos y escenas intrascendentes que recreó, durante más de quince años, con ayuda de su modelo Aline Masson. Vestida o desnuda, con mantilla blanca o disfrazada de Pierrette, Masson protagonizó una gran parte de la producción de Madrazo destinada al mercado, frívola en cuanto a sus asuntos, fresca y sensual, y de una altísima calidad de ejecución, que parece atrapar sin esfuerzo toda la vivacidad de su despreocupada juventud, plenamente consciente de la decadencia insostenible del final del realismo burgués.
Desde la década de 1870 Raimundo presentó algunas de sus obras en los salones Bosch de Madrid y en Múnich, pero fundamentalmente en el Salon de París.
A mediados de la década de 1880, el Senado español le encargó un gran lienzo para la decoración de sus salas, que debía representar a Colón, a la vuelta de América, entrevistándose con los Reyes Católicos. La obra, con la que la Cámara no quedó satisfecha, no fue adquirida al artista. Sin embargo, fuera de su país continuaba su éxito. En 1889 recibió, de hecho, la Medalla de Oro de la Exposición Universal de ese año, y recibió el nombramiento de oficial de la Legión de Honor francesa. El año siguiente envió a Madrid un gran retrato de aparato de la reina María Cristina de Habsburgo-Lorena (París, Embajada de España), que le había sido comisionado por el Ministerio de Fomento y que, sorprendentemente, fue rechazado por el marqués de la Vega Armijo aduciendo la impropiedad de la forma en la que se presentaba a la Reina viuda.
Durante la década de 1990 organizó varias exposiciones en distintas ciudades inglesas, llegando a instalarse en Bath durante 1892, desde donde atendió a un mercado que le obligaba a presentar pinturas tanto en Madrid como en Nueva York. De hecho, en 1898, Raimundo se trasladó a esa ciudad, donde realizó numerosas obras. En 1899 regresó a París, donde contrajo nupcias con María Hann, hermana del famoso músico Reynaldo, con el que el propio hijo de Madrazo, Cocó, estrecharía una íntima amistad. En 1901 retornó a Nueva York y de allí viajó a Baltimore, a Los Ángeles y, más tarde, a Buenos Aires, donde retrató a Bartolomé Mitre. En 1902 pintó a diversas personalidades norteamericanas y al año siguiente retornó a París, donde la colonia de pintores españoles le nombró presidente de su Sociedad Artística. En Buenos Aires el conocido marchante Artal organizó en sus salones una muestra dedicada a él.
En 1905 fue nombrado miembro honorífico de The Hispanic Society of America de Nueva York, debido a la estrecha colaboración que mantuvo con Archer Huntington, mientras éste ponía en marcha la institución. Fiel a su carácter de hidalgo —como ironizaban sobre él los hermanos Goncourt—, donó importantes obras al filántropo americano para que las conservara en ese centro, testimonio de la cultura hispana en el centro del mundo anglosajón. En 1907 regresó a Nueva York, a donde volvería de nuevo en 1911, viajando también a Cincinnati.
Instalado en Versalles desde 1910 con su esposa, permaneció allí durante los años de la Gran Guerra. Falleció en 1920, año en que la Royal Academy de Londres, de la que era miembro, celebró una exposición homenaje en su memoria, mientras que en Madrid la noticia pasó desapercibida. Con el dramático suicidio de su único hijo en 1935 se perdió la memoria y la continuidad de una saga artística que había empezado más de siglo y medio antes y que había sido la protagonista absoluta de la vida artística española.
Notas.-
Datos de la Real Academia de la Historia tomadas por Ramón Palmeral, gran admirado de este pintor español
Murió rico y famoso, consagrado como uno de los grandes pintores de su época. Pero la historia ha sido injusta con Raimundo de Madrazo (Roma, 1841-Versalles, 1920). Miembro de una familia de grandes pintores, retrató a lo más selecto de la aristocracia parisina y de la oligarquía estadounidense. Pintor de la elegancia y la indolencia burguesas, vivió de espaldas a las vanguardias y sin pervertir ni modificar la tradición academicista. Lo rescata de su injusto olvido la Fundación Mapfre, que ofrece hasta el 18 de enero la mayor muestra de este gran artista. Mientra Picasso pintaba la serie de su Época Azul, de ciegos, vagabundos y guitarristas o las señoritas de Avión, Madrazo seguía con el preciosismo de la burguesía y la nobleza, las parisinas y la complejidad del Baile de disfraces del Hotel Ritz de París de 1909. Madrazo se quedó en el Rococó como Fragomar o Boucher, porque le interesaba satisfacer los gusto de su clientela burguesa, ajena a la Revolución ruda de 1917 y a la Gran Guerra que lo revolución todo, vivía cómodamente en un palacete de Versalles (Francia), donde murió a los 79 años.
Es decir, que el pintor que busque la fama debe evolucionar y arriesgar, y estar con su tiempo, por eso la pintura contemporánea es una denuncia del tiempo real en que vive el pintor, y esa realidad, nuestra puede ser el parado, los mendigos, la inteligencia artificial o la mujeres robot o del futuro de Palmeral. Madrazo no se enteró de la llegada de las vanguardia porque murió en 1920, y la pintura siguió evolucionando, modernizándose con el surrealismo, el expresionismo, el abstracto, y los tiempos de la velocidad y las prisas. El pintor ha de estar en su tiempo y no puede seguir pintando como Velázquez en el siglo XVII, el Greco, Ribera o Goya, ya pasaron, he hicieron muy buen trabajo, Goya destacas por sus pintura negras y aguafuertes atroces de la guerra de Indepencia no por los cuadros a la nobleza.
'Raimundo de Madrazo' es la primera gran retrospectiva sobre uno de los pintores «más cosmopolitas y de más refinada técnica de su época» de finales del XIX y XX, según la comisaria Amaya Alzaga Ruiz. Reúne más de cien obras del maestro español, muchas inéditas y sacadas a la luz gracias a la investigación realizada para la muestra. Alzaga lo reivindica «como figura clave en la pintura de género y en el retrato del siglo XIX».
.....................................OBRA MAESTRA.............................
"La salida del baile de máscaras" 1878, de Raimundo de Madrazo es para mí una obra maestra por a complejidad de la composición, los diferentes planos, la perspectiva, los coloridos quebrados, los grises del fondo, la tarde y la atmósfera, sobre todo la atmósfera, una obra muy difícil y compleja de ejecutar para cualquier pintor.
"Salida del baile de máscaras" de 1878 de Raimundo de Madrazo
Es como un foto de la realidad de la época costumbrista; pero ni provoca ni sorprende la escena. Si te quedas en la obra comercial decorativa pasas de ser artista a artesano de botijos en serie.
Al cumplir 20 años Raimundo de Madrazo y Garreta (1841-1920) viajó a París a terminar su formación artística. Seguía así la tradición familiar: su abuelo José y su padre Federico de Madrazo habían frecuentado respectivamente los ateliers parisinos de Jacques-Louis David y Jean-Auguste-Dominique Ingres. A diferencia de ellos, el tercer gran representante de la saga más reputada de la pintura española del siglo XIX no regresó a España y desarrolló toda su carrera entre París y Estados Unidos, donde realiza distintas tournées de retratos a partir de 1897 mientras se apagaba su papel en la escena artística francesa.
En París se dedicó inicialmente a la pintura de género, desarrollando una obra que alcanzó elevadas cotizaciones en un mercado artístico internacional por el preciosismo de sus brillantes interiores y sus habilidades de gran colorista. Desde mediados de la década de 1870 se introduce progresivamente en el retrato, un género en el que acabó convirtiéndose en uno de los retratistas preferidos de la alta sociedad parisina y estadounidense, que peregrinaba su elegante atelier parisino. Durante las décadas de 1870 y 1880 realizó varias obras emblemáticas de este género, ejemplos maestros de la distinción y preciosismo cosmopolitas.
Madrazo obtuvo su ansiada consagración oficial en la Exposición Universal de 1878, a la que concurrió con 14 obras, que merecieron una Primera medalla y la concesión de la Cruz de Caballero de la Legión de Honor.
Desacreditada por el canon artístico posterior, su obra ha permanecido injustamente ignorada por la crítica y la historia del arte. Organizada junto con el Meadows Museum (Dallas), esta exposición recupera, a través de un centenar de sus obras más significativas, el lenguaje artístico y la obra de quien fue uno de los pintores más cosmopolitas de su tiempo.
Comisaria: Amaya Alzaga
martes, 18 de noviembre de 2025
miércoles, 12 de noviembre de 2025
TÉCNICA DE LA PINTURA AL ÓLEO. Cuadro "Alegoría del Teatro Pincipal". Ramón Palmeral
El cuadro con su autor Ramón Palmeral, noviembre 2025
(Obra al óleo de Ramón Palmeral, un lienzo de 60 x80 cm)
(La obra se titula: "Alegoría del Teatro Principal de Alicante! 2025)
(Pantallazo de la parte de la cabeza)
TÉCNICA DE LA PINTURA AL ÓLEO
El óleo es una especie de alquimia que se obtiene como
resultado de un proceso de reacción entre resinas,
aceites, aguarrás y pigmentos. Es una especie de milagro.
La pintura al óleo se elabora mezclando pigmentos en polvo (que aportan el color) con un aceite secante, generalmente aceite de linaza, aunque también pueden emplearse aceites de nuez o de adormidera. En ocasiones, se agregan resinas naturales o sintéticas para modificar la textura, el brillo o el tiempo de secado. La pinturas actuales viene en tubos ya preparados.
El resultado de esta mezcla es una sustancia viscosa y homogénea, que al aplicarse sobre una superficie y entrar en contacto con el aire, se seca lentamente por oxidación, formando una película resistente, duradera y con gran luminosidad. Con el paso de los años va cristalizando, y si la pintura no fuera bien aplicada por etapas de secado se puede cuartear o agrietar. Las mejores superficies son los lienzos de lino y algodón, también sobre tablas y DM requieres una preparación previa de imprimación acrílica para que transparente.
Cómo es una pasta dútil se aplica por capas con pinceles, espátulas, dedos o almohadillas.
Gracias a estas propiedades de trasparencia de los colores, la técnica del óleo ha sido una de las más valoradas en la historia del arte, utilizada por pintores desde el Renacimiento hasta la actualidad.
Ramón Palmeral
Alicante, 121-11-2025
(Boceto de cuando se empezó a manchar la obra septiembre 2025)Video de la composión:








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