jueves, 15 de noviembre de 2018

Ratrato a lápiz de D. Rafael Altamira y Crevea, por Palmeral

Rafael Altamira y Crevea (Alicante, 10 de febrero de 1866-México DF, 1 de junio de 1951) fue un humanista, historiador y americanista; pedagogo, jurista, crítico literario y escritor español. Estrechamente vinculado a los proyectos de la Institución Libre de Enseñanza, alumno y amigo de Francisco Giner de los Ríos, fue secretario del Museo Pedagógico Nacional. Doctor honoris causa en ocho universidades de América y Europa, y miembro de nueve instituciones académicas, se exilió en México en 1944.

En 1919, es nombrado árbitro en el Tribunal de Litigios Mineros de París para solucionar las disputas entre Francia y España sobre las minas de Marruecos. En 1920, es elegido miembro de la Comisión de Juristas encargada por el Consejo de la Sociedad de las Naciones de redactar el anteproyecto del Tribunal Permanente de Justicia Internacional. En 1921, es nombrado uno de los diez jueces titulares del mismo, Comité de los Diez, cargo para el que posteriormente será reelegido durante otros dos mandatos consecutivos y que ocupa desde 1921 hasta 1940, año en el que el Tribunal se ve obligado a suspender sus funciones.
Pese a su intensa actividad internacional durante estos años, no abandona su cátedra de Madrid, imparte sus clases y continúa sus publicaciones, especialmente sobre Derecho Internacional y pacifismo. En 1922, se le nombra académico de la Real Academia de la Historia. En 1923, es nombrado catedrático del Colegio de Francia en París. En 1924, es nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Burdeos y en 1928 por la Universidad de París. En 1929, imparte en la Universidad de La Sorbona varias clases sobre Historia del Pensamiento Español.
En 1929, empezó a preparar la edición de sus Obras completas en las que se incluían, además de las ya citadas, su Historia de la civilización española, el Epítome de historia de España, Cuestiones modernas de historia, De historia y arte, Cuestiones obreras, Giner educador, Ideario político, etc. La guerra y el exilio le impidieron realizar el proyecto. En 1930, es nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Cambridge. En 1931, es elegido decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Madrid. Fue propuesto para el Premio Nobel de la Paz en 1933 a raíz de sus esfuerzos por evitar el belicismo. La propuesta fue firmada por gran cantidad de intelectuales españoles y europeos. En 1935, es nombrado presidente de la Casa de Valencia en Madrid. En 1937, la Universidad de Columbia (Nueva York) lo nombra doctor honoris causa.