lunes, 16 de octubre de 2017

El Museu Fernando Soria de Sant Joan, por Joaquin Santo Matas

10.10.2017 | 05:20, INFORMACION DE ALICANTE
 
Fernando Soria fue un pintor alicantino nacido en la calle Jorge Juan en 1922, maestro de un neoimpresionismo pleno de riqueza cromática, fruto de sus juveniles viajes a París donde se embebió de Monet, Degas, Renoir y Gauguin, para acabar evolucionando hacia una abstracción figurativa de grises y negros que culminó en una Geometría que le llevará finalmente a una etapa que él llamo Cosmos.

Siempre vivió muy bien de la pintura, era muy cotizado, su obra se vendía no solo en España sino en otros puntos, sobre todo Francia, Alemania, Brasil y Argentina, rehusando, por su carácter, curiosa mezcla de bondad y firme determinación, participar en premios y certámenes e incluso seleccionando y espaciando mucho sus exposiciones, no saliendo apenas al extranjero a pesar de las firmes propuestas para exhibir su obra en tierras galas y en Estados Unidos.

Y es que la fama de este total autodidacta, el reconocimiento oficial y los galardones le tenían sin cuidado. Pintaba lo que quería, sabedor de lo que era comercial y lo que no que guardaba para su colección particular.

Precisamente una parte de esta es la que se exhibe en el museo monográfico ?algo excepcional en nuestra provincia- que lleva su nombre y se encuentra en la antigua Casa del Reloj de Sant Joan d'Alacant. Aquí vivió sus últimos años y anheló, por cariño a ese pueblo que lo vio morir en 2009, que esas 225 obras suyas se quedaran junto con otras 133 que poseía de afamados artistas alicantinos y nacionales.

Siendo alcalde Francesc de Paula Seva se fue gestando este espacio de cultura del que tan necesitado estaba el municipio; el pistoletazo de salida lo dio su sucesor Edmundo Seva, tras aprobar el Ayuntamiento santjoaner en pleno y por unanimidad, la creación de este museo que acabó inaugurándose cuando la primera autoridad municipal era Manuel Aracil, el 31 de mayo de 2013.

Solo en la magnífica rehabilitación del edificio de principios del XX y su adecuación a espacio museístico, donde se nota la impronta de ese gran arquitecto que fue Juan Vidal en la escalera original de acceso a la primera planta, se gastó el consistorio 260.000 euros. A ellos hay que añadir otros muchos a los que también hizo frente la Fundación Museu Fernando Soria, poseedora del legado artístico.

Distintos eruditos han dicho que un pueblo sin museos es un pueblo sin cultura, sin memoria y sin amor a su pasado. Hoy en día no se entiende un museo como un mero e inerte exhibidor de cuadros. Ha de ser un ente vivo, dinámico que organice diversas actividades culturales, desde exposiciones temporales hasta premios de artes plásticas, como realiza el Museo Fernando Soria que al no contar con subvención municipal alguna desde 2015, ha tenido que suprimir talleres y espectáculos para niños, muestras de antigüedades y otros eventos dirigidos a los habitantes de este pueblo que son sus verdaderos beneficiarios.

En un municipio de escaso recorrido turístico como Sant Joan, la oferta artística más relevante la tiene este museo que recibe, sin duda por la información captada de su página web, visitas de personas venidas de países europeos como Rusia, Ucrania y los más comunes, caso de Francia, Gran Bretaña o Alemania, amén de otros de América, como por ejemplo Argentina o Estados Unidos.

En febrero de 2016, al cumplir todos los requisitos y pasar la correspondiente inspección, fue oficialmente reconocido por la Conselleria de Educación, Cultura y Deporte como Museu de la Generalitat Valenciana y desde este año 2017, merced a su categoría, figura en el directorio de Museos y Colecciones de España del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte así como en el Registro de Museos Iberoamericanos que incluye información sistematizada de más de 7.100 museos de 13 países.

Sin duda todo ello habrá servido para que la Diputación de Alicante lo apoye y se haya fijado en él el Consorcio de Museos de la Comunitat Valenciana con objeto de montar algunas exposiciones en un futuro próximo.

A menudo son los de fuera quienes valoran más el patrimonio cultural de un municipio que en el caso de Sant Joan cuenta con un único museo merced a la generosidad de un hombre y el compromiso de otros políticos que años atrás entendieron ese gesto y la necesidad de potenciar un espacio de arte plurifuncional que da cabida en sus jardines hasta a conciertos de jazz en verano.

sábado, 7 de octubre de 2017

PEDRO ORTIZ COMENTA Y PUNTUALIZA ALGUNOS PUNTOS DEL POLÉMICO ESCRITO DE SAORIN "ESCUDRIÑANDO MI VERDAD"


PEDRO ORTIZ EN LA INAUGURACIÓN DE SU EXPOSICIÓB EN LA SALA DEL PALACIO PROVINCIAL
COMENTARIOS A RAIZ DE LA PUBLICACIÓN DEL ESCRITO  DE JESUS SAORIN
 En términos generales no le falta razón al amigo, compañero y gran artista Jesús Saorin, entonces sin ánimo de ser exhaustívo, si me gustaría hacer algunos comentarios a su escrito, en el fondo bien enfocado y diciendo verdades como puños, pero me parece conveniente hacer algunas matizaciones sobre el espinoso y controvertido mundo del arte y su estado actual.
 Plantea, el amigo Saorin ¿qué es arte?. Gran pregunta sobre todo en los tiempos actuales, en los que los prebostes del arte, han dado carta de naturaleza a cualquier patochada, ocurrencia o para decirlo sin ambages, basura desechable apoyada en un poderoso marketing, pero ya no estamos hablando de arte, como se ha venido haciendo desde hace siglos, sino de mercancías con fuerte poder especulativo, destinado a multimillonarios snobs, que no persiguen el placer de poseer algo bello, sino la de algo que puede generarles fuertes plusvalías, está claro que ya hablamos de una tergiversada y prostituida visión del arte, alguno ya ha perdido gran cantidad de dinero con estas ocurrencias, paradigmáticos ejemplos de este tipo de performances son los cotizadísimos Damian Hirst y Jeff Koons.
 Hasta principios del siglo XX, el arte fue evolucionando de forma moderada, aunque siempre discutida, por los más ortodoxos críticos o entendidos de cada momento, pero los nuevos ismos fueron aceptados rápidamente y su reconocimiento y aceptación popular fue internacional y perdura en el tiempo, como fue el impresionismo, que tan profundamente caló en todos los estratos sociales, incluidos gente con escasos conocimientos artísticos, y la razón es bien sencilla y está de acuerdo con el concepto del arte que se tenía durante siglos, el arte es algo bello, que el artista ha plasmado de tal manera la realidad o la naturaleza, que lo plasmado nos trasmite unas emociones y sensibilidad mayor que si viéramos en la realidad lo plasmado, pues con la pintura no se plasma solamente un paisaje, una figura o unos objetos o naturalezas muertas, sino que con la manera de plasmarlos, podemos ver si el espectador es avezado, algo de la personalidad del autor, de su estado anímico y de su personalidad, porque un buen cuadro, para tener calidad, debe trasmitirnos emociones, aunque puedan ser de muy distinto cariz, pero no dejarnos impasibles, porque en tal caso, la obra no cumple con la principal premisa que debe tener toda obra de arte, que es la de establecer un dialogo o comunicación con el espectador.
 Naturalmente lo anteriormente expuesto es mucho más fácil y asequible para el gran público y las personas menos cultivadas en cuestiones artísticas, con la pintura figurativa o realista, con las vanguardias y la abstracción el tema es mucho más dificultoso, requiere de una maduración de sensibilidades, información, lecturas y un bagaje cultural, para despertar otras sensibilidades y a la vez, saber distinguir muy bien que vale y que es un camelo, obra de un diletante oportunista, los cuales abundan y se esconden y acomodan en las vanguardias, porque en esas manifestaciones plásticas, aunque se tengan fuertes carencias de oficio artístico, pero con buenos padrinos es relativamente fácil colar gato por liebre, especialmente para los menos avezados, de ahí la gran importancia de estar muy bien informado de toda la historia del arte, de las circunstancias que han rodeado cada nuevo movimiento o ismo, e incluso de la particular peripecia vital, de los artistas más prominentes de cada época o de cada ismo nuevo, para poder discutir y rebatir con propiedad y autoridad con los muy variados prebostes y personajes que a veces han encumbrado a artistas que no se lo merecían tanto, en detrimento de otros, que se perdieron en el ostracismo por carecer de los elogiosos y demagógicos argumentos en defensa de determinados artistas, y esto ocurre ahora y ocurrió en el pasado, pues los intereses espurios de los críticos no es algo nuevo, y por desgracia hay muchos colegas y amantes del arte, que por el simple hecho de estar en los libros de historia, conceden un marchamo de calidad y un status artístico totalmente injusto, bien es verdad que para  gustos los colores, y que si hay  algo verdaderamente subjetivo es la crítica de arte.
 Fue a principios del siglo XX cuando se dieron una sucesión de revoluciones artísticas, que dieron el pistoletazo de salida hacia nuevas formas de expresión y que en muchos casos constituyen la génesis, el origen y la influencia de una degeneración del arte, que ha llegado hasta nuestros días, en un ambiente de eclecticismo total, en el cual todo vale, avalado por los sabiondos, ciertos gestores culturales, comisarios o curadores, galeristas, críticos y hasta políticos sin los conocimientos pertinentes, para desempeñar con propiedad y conocimiento de causa una labor cultural coherente.
 Gran parte de la gente cree, que el gran revolucionario fue Picasso y sin quitarle su importancia histórica. Ha tenido más influencia en los disparates que vemos actualmente como obras de arte, el Dadaísmo y Marcel Duchamps con sus readymade y su famoso urinario “La fountaine”,luego aparecieron los performances, el arte conceptual, las instalaciones, los videos y mil maneras de expresión, que como los del movimiento Fluxus decían que todo es arte y que cualquiera puede ser artista, con lo cual personalmente no estoy de acuerdo, para mí un artista tiene que tener unas cualidades innatas y luego desarrollarse y perfeccionarse para una vez maduro desembocar en un estilo propio que le distinga y aporte valores personales en su manera de hacer.
 No quiero olvidar la revolución y negativa influencia que todavía se deja notar del Suprematismo de Malevich, al cual muchos copian y emulan descaradamente y algunos jurados, que no saben de la misa la media, los seleccionan como si fuera algo extraordinario y con integrantes en el jurado, profesores en historia del arte, incomprensible, o algún otro emulando a Rothko.
 Considero imprescindible para una amplia visión y enjuiciamiento objetivo del arte una cultura y conocimiento de los principales movimientos que se han dado, su razón y su valía, acompañados de los imprescindibles conocimientos prácticos , como son dibujo, perspectiva, composición y colorido, pues por mucha erudición que se posea en historia del arte, sí sólo es teórica se adolecerá de algo básico para juzgar con objetividad ciertas obras de arte y de esa manera, con esas carencias vemos y oímos avalar disparatadamente bodrios monumentales.
 Viene pues al caso de lo recientemente expuesto, la falta de formación e incoherencia de ciertos jurados repartidos por toda la geografía mundial.
 En cuanto al estado del arte y el interés por el mismo por el público en general es lamentable, debido a la falta de cultura e interés artístico del público, cada vez más alarmante, un pasotismo generalizado, una vida basada en el hedonismo superficial, unas generaciones que prefieren las paredes en blanco, en vez de tener obras de arte que hablan de la cultura y sensibilidad de quien las posee y las exhibe orgulloso en su casa, pero claro para que eso ocurra y se sienta esa necesidad, hay que inculcarlo desde la infancia y adolescencia y me temo que salvo excepciones no se hace, vivimos en una sociedad que va perdiendo valores desgraciadamente, y esto se manifiesta muy a menudo en un arte degenerado y que será fácilmente desechable.
 Por lo que respecta al comentario de los certámenes de pintura rápida, lamento no estar de acuerdo, nunca llegaran a poderse hacer obras de envergadura que requieren de reposo y meditación y más dedicación, pero sí que pondrán de manifiesto la habilidad adquirida en la ejecución y el oficio, habiendo visto estupendas obras, plenas de frescura y expresividad, realizadas en unas horas, resultando verdaderas obras de arte, con el mérito añadido de haberlas resuelto en unas pocas horas.
Para concluir, quiero manifestar claramente que estoy a favor de todos los estilos y realizaciones plásticas, siempre que tengan calidad, el quid de la cuestión es saber apreciar donde está y donde no dicha calidad artística.
 Pedro Ortiz